Es urgente que el Gobierno de Coahuila libere los recursos para comprar y colocar filtros en los pozos con más altos niveles de arsénico. Actualmente Torreón tiene 24 pozos que sobrepasan la Norma Oficial Mexicana para niveles de arsénico permisible que es de 0.025 miligramos por litro de agua.
Antes de finalizar octubre el gobernador, Humberto Moreira, anunció que se invertirán 100 millones de pesos para remediar este problema de salud pública. Cuarenta millones se destinarán a la compra de filtros para remover arsénico y se colocarán a la salida de los pozos, mientras que con el dinero restante se comprarán filtros caseros que se colocarán en algunas viviendas, sobre todo las que se encuentran en los alrededores de las norias más contaminadas.
Es importante que en estas acciones esté involucrado el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), para evitar que la burocracia -pero sobre todo la corrupción- afecte el manejo de los recursos destinados a solucionar el problema del arsénico. El Municipio, a través del Simas, será el encargado de distribuir los filtros caseros y es aquí donde voces ciudadanas advierten el riesgo de que las acciones no cumplan su objetivo.
Por desgracia el Simas no es un organismo que goce de buena reputación, menos en esta administración donde se maneja con números rojos. La corrupción puede agravar el problema, de ahí la importancia que un organismo como el IMTA participe en las acciones de remediación.
Pero además de la colocación de filtros, no debe perderse de vista la necesidad de “meter en cintura” a los productores agropecuarios, quienes hacen mal uso del recurso hídrico. Es en la sobreexplotación de los mantos freáticos donde radica el origen del problema de los altos niveles de arsénico.
El tener agua de calidad es un derecho de todos los habitantes de Torreón, de ahí la urgencia de que las autoridades liberen los recursos para enfrentar un problema de salud pública que no acepta usos con tintes políticos y mucho menos de actos de corrupción.