Un grupo militante vinculado a la red Al Qaeda asumió hoy la responsabilidad de los atentados perpetrados el pasado domingo cerca de embajadas extranjeras en el centro Bagdad, que se cobraron la vida de al menos 30 personas.
La reivindicación del grupo Estado Islámico de Irak, en un comunicado difundido en internet, llegó en momentos en que cientos de iraquíes se manifestaron a través de ese país para marcar la caída de Bagdad durante la invasión de Estados Unidos en 2003.
Los militantes indicaron que los hechos del domingo constituyeron 'la quinta serie de ataques' contra objetivos gubernamentales, desde medidados de 2009, y reiteró su amenaza contra todas las embajadas y organismo políticos extranjeros que tengan relación con el gobierno.
'Los muyahidines (combatientes islámicos) no dudarán en actuar, donde quiera que (los objetivos) se encuentren y sin importar el nivel de su fortificación', advirtió la declaración.
Los atacantes hicieron estallar tres coches bomba casi de manera paralela poco antes del mediodía del domingo, en las sedes diplomáticas de Irán, Egipto, Siria y Alemania, 'para obstaculizar los esfuerzos por formar un nuevo gobierno', según oficiales iraquíes.
El Estado Islámico de Irak es uno de los grupos extremistas responsables de numerosos atentados contra objetivos civiles, tropas de Estados Unidos y las fuerzas de seguridad iraquíes, como parte de su resistencia a la presencia militar extranjera.
En ese contexto, Irak vivió este viernes una jornada de movilizaciones para marcar la caída de Bagdad durante la invasión liderada por Estados Unidos, que derrocó al ex presidente Saddam Hussein, y demandar que se ponga fin a la 'continua ocupación' de su país.
Seguidores del clérigo radical chiita, Muqtada al-Sadr, quien encabezó una revuelta contra la presencia militar extranjera en 2006, marcharon en la ciudad santa de Nayaf, al sur de Bagdad, ondeando banderas iraquíes y pisoteando estandartes de Estados Unidos y Reino Unido.
Los manifestantes corearon consignas como 'sí, sí a la unidad' y 'musulmanes sunitas y chiitas, no vamos a vender a este país', según reportes de la cadena de noticias Al Yazira que dieron cuenta de algunas de las decenas de demostraciones que tuvieron lugar en Irak.
El jeque chiita Hazem al-Araji dijo durante las oraciones del viernes que el país estaba 'entrando en una nueva era, que no tiene lugar para los ocupantes y opresores (...) ni para la gente que pone en la cárcel los que resistieron'.
En Bagdad, organizados por un grupo 'anti-ocupación', integrado por chiitas y sunitas, cientos de iraquíes marcharon desde el barrio Kadhimiya (predominantemente chiita) hacia el de Adhamiya (sunita) también para demandar la salida de las tropas extranjeras.