Ataque. El ataque ocasionó un incendio y la explosión de tanques de combustible, que causó caos y confusión porque la zona es comercial.
Un total de 15 personas murieron y 25 resultaron heridas ayer luego que un comando de hombres armados trató de robar el banco central de Irak y se enfrentó a disparos durante horas con las fuerzas de seguridad, después de una serie de explosiones aparentemente relacionadas en una zona cercana, informó el Ejército iraquí.
Un importante funcionario de seguridad dijo que los reportes indicaban que los atacantes nada pudieron robar de las bóvedas del banco.
El enfrentamiento inició con una serie de bombas que explotó en cuestión de 10 minutos en un mercado cerca del banco central, cuando los empleados salían de trabajar.
Las explosiones, que crearon una columna de humo sobre el Centro de la ciudad, ocurrieron un día antes que el parlamento iraquí retome sus actividades a más de tres meses de las elecciones de marzo, que no llegaron a un resultado definitivo.
La violencia subraya los temores que los insurgentes tratarán de sacar provecho del estancamiento político para realizar más ataques.
Los robos violentos que tienen algunos de los rasgos distintivos de los ataques por motivaciones políticas han aumentado en Irak, donde se ha recrudecido la violencia entre las sectas. Las autoridades iraquíes las relacionan a grupos milicianos que se han quedado sin dinero y buscan obtener fondos para sus operaciones.
El general de división Qassim al-Musaui dijo que este fue un ataque muy bien planeado y coordinado, y que tiene los rasgos de Al Qaeda.
La primera bomba explotó al ras de una calle, cerca de un generador eléctrico. Los insurgentes tenían puestos uniformes militares y trataron de ingresar al banco por dos entradas mientras disparaban a los guardias. Fue entonces cuando las fuerzas de seguridad iraquíes atacaron el edificio, lo que llevó a que algunos milicianos que llevaban chalecos suicidas detonaran su carga.
