En octubre pasado, José Alfredo Franco, de 20 años, y José Carlos Lavín, de 18, fueron detenidos por robo de vehículo a mano armada en Torreón. Tras un arraigo de 30 días, fueron encarcelados en el penal de San Pedro, "por seguridad". En menos de un día ya habían sido asesinados.
Franco y Lavín fueron sólo dos en el creciente número de jóvenes que caen en el crimen, al grado que, en 2010, siete de cada 10 detenidos por robo y asalto fueron menores de 25 años. En los últimos años la proporción era a la inversa, con alrededor de 30 por ciento de jóvenes delincuentes detenidos.
Al menos 12 bandas organizadas de robos y asalto compuestas por jóvenes de menos de 25 años fueron desarticuladas por la Fiscalía General de Coahuila en el año.
Los delitos más comunes son robo de vehículo y asalto a negocio y a estas bandas se les atribuye la mayoría de los ilícitos denunciados. Se trata de al menos 50 jóvenes.
El 80 por ciento de los detenidos menores de 25 años termina en el Centro de Readaptación Social (Cereso) o en la Residencia Juvenil, en el caso de los menores de edad. Pero la mayoría, sobre todo si se trata de su primera detención, recupera su libertad en menos de dos meses por declararse culpable.
"Cada vez es mayor el número de jóvenes que se incorpora en bandas delictivas"; dijo el delegado de la Fiscalía, Fernando Olivas, quien señaló que con más frecuencia estas bandas incluyen a menores de edad.
"Hemos tenido asuntos de adolescentes de 13 años, casi niños, en donde han participado en ilícitos", añadió.
Según Olivas, la mayoría de los delincuentes jóvenes viene de familias disfuncionales. Pero también hay casos de familias "bien constituidas donde los padres descuidan a los hijos, que dicen que están estudiando y no lo hacen y los padres estaban engañados".
"Ha habido casos donde los jóvenes dan datos por ejemplo de la ubicación de vehículos, evidentemente están involucrados, pero luego llegan familiares y dicen que no es cierto, que los obligaron a confesar. Luego reconocen que no le pueden decir a la madre que andaban de asaltantes", dijo Olivas.
En algunos casos, los jóvenes detenidos pasan a las filas del crimen organizado tras recuperar la libertad. En otros, como los de Franco y Lavín, son asesinados dentro del Cereso.