Cerca de un millón de jóvenes en México, que carecen de educación y trabajo, son presa fácil del crimen organizado.
A pesar de que el número es elevado, se trata sólo de entre el 3 y el 5 por ciento de los 27 millones de mexicanos de entre 15 y 29 años, afirmó Héctor Castillo Berthier, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las cifras son alarmantes, ya que cada vez son más los jóvenes que mueren víctimas del narcotráfico.
En cuatro años han muerto 30 mil personas como consecuencia de la lucha contra el crimen, de las cuales mil 200 eran menores de edad.
De las más de 10 mil muertes atribuidas este año a los cárteles mexicanos, 196 eran jóvenes de 17 y 15 años y 80 tenían edades inferiores,
Además las policías cada vez detienen a más jóvenes por participar en acciones del crimen organizado.
"El trasfondo de estos crímenes es la enorme desigualdad social que existe, la que orilla a muchos jóvenes a incorporarse a actividades delictivas", dijo el investigador.
Pero advierte que la gran mayoría de los adolescentes mexicanos no está "ni cercano a las redes de la delincuencia" .
"No estamos hablando de un fenómeno masivo de jóvenes incorporándose a las redes de la delincuencia", afirmó Castillo Berthier.
Aunque reconoció que los menores que han caído en manos del crimen organizado son "carne de cañón", fáciles de convencer porque ante la falta de oportunidades laborales y de educación, están dispuestos a jugarse la vida para obtener drogas, mujeres, pero sobre todo dinero fácil y rápido.
Para Castillo Berthier a esta situación contribuyen cuatro hechos: que la escuela dejó de ser un mecanismo de ascenso social, el desempleo, los cambios en la estructura de la familia y la ausencia de políticas públicas para recomponer las oportunidades de desarrollo para los jóvenes.
