Aislados. La población no suele reconocer la ludopatía como un trastorno, por lo que son pocos los casos que llegan al Cisame.
Cada vez es más frecuente que las personas se vean inmersas en la adicción a los juegos de azar o las apuestas, pero por desgracia hay quienes no identifican esto como un problema de carácter emocional.
El director del Centro Integral de Salud Mental (Cisame), Fernando Sánchez Nájera, refiere que debido a la subestimación del problema o la autojustificación en que incurren estas personas, no muy seguido llegan a la institución casos de tal naturaleza.
"Es un hecho que se practica con mayor frecuencia la compulsión al juego", indica al señalar que los principales factores son la diversificación en la oferta del producto, pues hasta hace algunos años no era común encontrar sitios para ir a jugar.
En los últimos años, surgieron casas de juego en la región y esto puso al alcance de todos la invitación a jugar y la posibilidad de satisfacer la curiosidad de hacerlo.
Sin embargo, para que una persona vaya de ser un visitante ocasional a un jugador asiduo, intervienen ciertos rasgos de personalidad inadecuados como el ser obsesivos, histriónicos (pueriles, seductores o teatrales), limítrofes o inmaduros, señaló el especialista.
