El delito de terrorismo fue cambiado por portación de granadas. (Archivo)
Dos de los tres presuntos responsables del ataque con granadas el 15 de septiembre de 2008, en el Centro Histórico de Morelia, fueron liberados hace 18 días del cargo de terrorismo por el Poder Judicial de la Federación.
El juez Octavo de lo penal, Sergio Darío Soto Maldonado, otorgó el amparo solicitado por la defensa de Juan Carlos Castro Galeana, El Grande, y Julio César Mondragón, El Tierra Caliente, al considerar que no se les puede imputar de terrorismo en dos de los cuatro delitos que la PGR les acusa: delincuencia organizada en modalidad de terrorismo; y terrorismo.
Ante ello, les otorgó un amparo para obtener su libertad, el cual no procedió debido a que el juez sexto penal, Arturo Fonseca Mendoza, quién lleva el proceso, determinó el mismo día en que fue otorgado el amparo, el 27 de agosto pasado, interponer la reposición de acusaciones.
Un diario capitalino posee una copia del tercer y último Auto de Término Constitucional expedido por el juez Fonseca en la fecha citada, y que consta de 89 fojas, en el cual se lee que el delito delincuencia organizada con finalidad de cometer terrorismo fue cambiado por delincuencia organizada, en su agravante de delitos contra la salud.
En tanto, el delito de terrorismo fue cambiado por portación de granadas. Respecto a los otros dos delitos que se les imputa a El Grande y EL Tierra Caliente, también fueron modificados por el juez Fonseca.
El tercero, homicidio agraviado en grado de tentativa, fue rectificado por el de homicidio agraviado; y el cuarto, posesión de granadas de uso exclusivo de las fuerzas armadas quedó en lesiones calificadas.
En el documento se asienta que, la parte acusadora reclama legalmente la culpabilidad a partir de identificar a 37 lesionados y ocho fallecidos, contratando con las cifras de un centenar de heridos que en su momento se dio a conocer.
Se documenta además los testimonios de al menos 45 testigos de los hechos (incluidos lesionados, elementos de seguridad pública locales y empleados privados que laboraban en la zona); así como también se muestran las figuras de dos testigos protegidos considerados como "claves", identificados como "Karen" y "Gabriel", quienes declaran una serie de nexos de los inculpados, con presuntos líderes de organizaciones delictivas.
