El presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió el aval del brazo jurídico del estado para llevar a la Secretaria General de su gobierno y candidata a sucederlo en el poder, Dilma Rousseff, a actividades públicas incluso cuando ella deje el cargo para hacer campaña. (AP)
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió el aval del brazo jurídico del estado para llevar a la Secretaria General de su gobierno y candidata a sucederlo en el poder, Dilma Rousseff, a actividades públicas incluso cuando ella deje el cargo para hacer campaña.
Una cartilla de conducta para agentes públicos brasileños, divulgada el martes por la Abogacía General de la Unión, permite que Rousseff se continúe beneficiando de la enorme popularidad de Lula incluso cuando deje el gobierno, a más tardar en abril, y hasta el 5 de julio, plazo final para el registro de su candidatura.
La cartilla también permite a Lula participar de las actividades proselitistas de su candidata siempre que lo haga en su tiempo libre, como fines de semana y feriados, y a título personal, no en su condición de presidente.
La determinación coincidió con una nueva encuesta de opinión que confirmó el elevado índice de respaldo de Lula y el crecimiento de Rousseff en las intenciones de voto.
La encuesta de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y la consultora Ibope indica que Lula tiene 83% de aprobación, estable desde la encuesta anterior, de diciembre. Un 13% desaprueba de la gestión del mandatario.
Según la consulta, Rousseff ha tenido un crecimiento dramático en las intenciones de voto, mientras el virtual aspirante opositor, el gobernador de Sao Paulo José Serra, cayó en su respaldo aunque continúa al frente de las preferencias.
En la encuesta de diciembre, Serra tenía una ventaja de 21 puntos porcentuales sobre Rousseff, que cayó a 5% en la consulta realizada del 6 al 10 de marzo entre 2.002 personas en todo el país, con un margen de error de 2 puntos porcencuales hacia arriba o abajo.
Serra aparece en la consulta con 35% de intenciones de voto, desde 38% en diciembre, mientras Rousseff aparece con 30%, por encima del 17% que tenía en la encuesta anterior de la CNI/ Ibope.
Rousseff, quien nunca ha disputado una elección ni tiene una base política de apoyo, cuenta con Lula como su principal fuente de respaldo electoral.
La encuesta de la CNI/Ibope reveló que 53% de los consultados prefiere votar por un candidato apoyado por el actual mandatario, lo que indica que Rousseff tiene amplio margen para crecer.
Ante ello, la oposición a Lula reaccionó irritada al aval para que Rousseff acompañe a Lula en sus visitas por el país para inaugurar obras públicas.
"Incluso si ella aparece y no hable (en las actividades públicas de Lula), es un absurdo, algo deplorable", lamentó el senador Sergio Guerra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de Serra.
La oposición ha recurrido en numerosas ocasiones a la justicia electoral para denunciar a Lula y Rousseff por supuestamente hacer campaña política anticipada, al participar en eventos públicos por todo el país. Hasta el momento no han sido sancionados.
La ley electoral brasileña únicamente permite realizar campaña política a partir de julio, tres meses antes de los comicios de octubre.