Ayuda a cortar el “seguidillo”
Otro “torzón” lo hace salir corriendo hacía el baño, es la quinta vez que ocurre luego de haber cenado dos órdenes de tacos de adobada con mucha salsa y su respectiva coca dietética, todos hemos sufrido por nuestros “pecados” alimenticios o porque consumimos un alimento en mal estado sin darnos cuenta, en estos casos se recurre a la Loperamida, que es un medicamento antidiarreico.
La Loperamida es un derivado del haloperidol el cual prolonga el tiempo del tránsito intestinal, incrementa la viscosidad de las heces, reduce el volumen fecal diario y reduce la pérdida de fluidos y electrólitos.
Por eso este fármaco está indicado en adultos en el control de procesos diarreicos provocados por bacterias, virus y parásitos, así como en el proceso diarreico crónico asociado a enfermedad inflamatoria intestinal.
Además es utilizada para disminuir el volumen y el número de las heces en la ileostomía, que es la comunicación quirúrgica de una parte del intestino delgado (ileon) con la pared abdominal.
Las personas con insuficiencia hepática deben tener un especial control clínico al usar la Loperamida y no es recomendable que sea consumida por las mujeres embarazadas o que están lactando y por los niños menores de 12 años.
Es importante recordar que las personas con diarrea deben prestar atención en reponer los líquidos y electrólitos perdidos por las constantes evacuaciones.
Además se debe tener en cuenta que algunas de las reacciones adversas durante el uso de Loperamida son: fatiga, mareo, irritabilidad, somnolencia, delirio, alucinaciones, trastornos extrapiramidales, hiperglucemia, dolor abdominal, náusea, vómito, cólicos abdominales, anorexia, megacolon tóxico, íleo paralítico, enterocolitis necrotizante, apendicitis, aumento en la producción de orina, retención urinaria, aumento en la presión uretral, rash y reacciones de hipersensibilidad; todos estos síntomas desaparecen al disminuir o suspender la administración del medicamento.
Tratamiento
La administración de la Loperamida es de forma oral y se maneja generalmente en tabletas de 2 mg.
En el caso de los adultos y adolescentes con diarrea aguda es recomendable ingerir 4 mg después de la primera evacuación y continuar con 2 mg después de cada evacuación.
En diarrea crónica se debe iniciar con 4 mg, seguidos de 2 mg después de cada evacuación. La dosis de mantenimiento es de 4 mg a 8 mg al día dividida según las necesidades. La dosis máxima es de 16 mg por día.
Aunque éstas son las dosis recomendadas, es importante recordar que el paciente con diarrea no debe automedicarse, por lo que debe acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado.
Fuentes:
Pfizer, Consumer Health Care
www.madrid.org/cs
www.facmed.unam.mx