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DOCTOR EN CASA
Conforme los niños van creciendo, es necesario que los padres observen muy bien para descartar cualquier problema que se pudiera presentar, pues la mayoría de los padecimientos se puede corregir, en caso de ser detectados a tiempo.
Algunos menores, cuando comienzan a caminar, presentan los pies planos, tienen los dedos engarruñados o tienen los piecitos hacia adentro, zambos, las piernas arqueadas, en fin, son muchos los males ortopédicos que se pueden detectar con una adecuada revisión y muchas más las consecuencias que se pueden ahorrar, si se lleva a los hijos al médico a tiempo.
Pie plano
Juan Alberto Garza Hernández, especialista en Traumatología y Ortopedia, explicó que uno de los principales padecimientos de este tipo en la infancia es el pie plano, que generalmente es una cuestión hereditaria pero también a veces es un problema de los ligamentos.
“Es la primer causa de dolor del pie en el niño, sienten dolor al caminar y eso, en algunos niños, hace que metan los pies al caminar, entonces esto provoca una sobrecarga de las rodillas y son un poco lentos, por lo que no practican ningún deporte o son más malos en esto que sus compañeros”, manifestó.
Señaló que si no reciben tratamiento, estos menores pueden llegar a la edad adulta con el pie plano, de modo que sus rodillas también sufren.
“Estos niños están propensos a tener dolores de rodilla, su rótula no está bien balanceada, bien equilibrada”.
El médico explicó que el pie plano suele ser un problema congénito, pues los padres también presentaron este padecimiento en su infancia.
Cuando un menor presenta pie plano, requiere de zapatos ortopédicos con plantillas, las cuáles, llevan un arco, un aumento en el tacón y un virón como tratamiento. Deben utilizar este calzado durante algunos años, hasta que cuenten con suficiente arco en el pie.
Otro tratamiento es el “insert foot”, que consiste en crear un molde de yeso y enseguida un molde de polipropileno, pero básicamente lo que se utiliza es la plantilla en el calzado.
“Si no cede a la edad de ocho a nueve años, entonces se requiere de colocar un ‘tornillito’ en la parte de afuera para que no se haga el pie plano, el ‘calcáneo stop’, esto es una cirugía a la que recurrimos cuando no cede al tratamiento conservador”, expuso Garza Hernández.
Señaló que se trata de una cirugía mínima invasiva, con una pequeña incisión, pero que requiere de anestesia general porque resulta muy complicado operar a niños, ya que no suelen cooperar.
“Se le pone un ‘tornillito’ en la parte de afuera del pie, se les retira a los dos años y tiene muy buenos resultados”, expresó.
Si los niños con pie plano no reciben tratamiento a tiempo, esto les trae como consecuencias problemas graves, dolor en ambos pies, en las rodillas y esto ocasiona que sean más lentos en las actividades deportivas.
Ya una vez que el menor alcance los cinco o seis años de edad, resulta muy complicado que corrijan su problema de pie plano de la forma conservadora y la cirugía es lo más apropiado, por lo que lo más recomendable es que desde los dos años se les lleve a las revisiones correspondientes, a fin de identificar este tipo de padecimientos.
“A esa edad, ya se estructura, los ligamentos se hacen más fuertes, más gruesos y ya no se corrige, es cuando llegamos a operarlos”.
Pie equinovaro bilateral
Cuando los pies del niño están hacia dentro y hacia abajo se dice que el niño tiene el pie “zambo”. Se trata del padecimiento denominado como “pie equinovaro bilateral”, donde varios tendones y algunos ligamentos están más cortos.
Alberto Garza explicó que el tratamiento para este mal consiste en yesos correctores en lo que se conoce como el tratamiento de tipo “ponceti”, pero si no cede, entonces se debe intervenir quirúrgicamente en un alargamiento del tendón de Aquiles.
La gravedad de este mal se define de acuerdo con el grado de rigidez que presenten las deformidades. Se trata de una de las malformaciones congénitas más frecuente hoy en día, pues según los estudios, ocurre en dos de cada mil nacidos vivos. De acuerdo a las estadísticas médicas, el 50 por ciento de los casos son bilaterales, y el 70 por ciento ocurre en varones.
La causa exacta de esta deformidad es desconocida, pero hay varias teorías que se han propuesto, como los factores mecánicos intrauterinos, alteraciones neuromusculares, alteración del desarrollo óseo del pie en el feto y factores hereditarios.
En el niño de más de seis meses de edad es más sencillo evaluar la gravedad de la deformidad. Se utiliza la radiografía de frente y perfil con apoyo del pie, donde se miden los ángulos astragalocalcáneos y se evalúa la relación de estos dos huesos con el resto del pie.
Con el tratamiento incruento se consigue una corrección aceptable de las deformidades en el 60 por ciento de los pacientes. Cuanto menor sea el niño al comenzar el tratamiento, mayores serán las posibilidades de éxito.
La edad adecuada para la cirugía es entre los seis y ocho meses. Para corregir las deformidades del pie, es necesario liberar las articulaciones y alargar los tendones que mantienen las relaciones anormales entre los huesos del pie. De acuerdo con la severidad de estas deformidades puede ser necesario liberar las estructuras posteriores del pie, las internas o desarrollarse hacia el lado externo.
Genu algum
Este padecimiento ortopédico consiste en una manifestación fisiológica del desarrollo que es más intenso entre los dos y seis años de edad. Se presenta cuando la distancia entre los tobillos es mayor a los diez centímetros si las rodillas están aproximadas.
Cuando el problema es muy intenso, se produce un roce en las rodillas al caminar, por lo que el paciente anda en vaivén para evitar el choque. Si la deformidad es grave, hay dolor en las pantorrillas y en la parte anterior de los muslos con subluxación rotuliana.
El tratamiento del niño de dos a seis años de edad consiste en la observación, pues la mayoría se corrige espontáneamente.
El tratamiento quirúrgico esta indicado si la distancia intermaleolar es mayor de 7.5 centímetros cuando se tiene entre 11 y 12 años.
‘Dedos en garra’
El especialista señaló que otro problema ortopédico muy grave en los niños son los “dedos en garra”, que es lo contrario al pie plano, denominado “pie cavo”.
Esto se detecta mediante la exploración del médico, que pone a caminar al pequeño sobre un aparato denominado “plantoscopio”, que es un vidrio que cuenta en su parte baja con un espejo, de manera que se puede observar cómo apoya el niño el pie, si tiene mucho arco, si tiene poco, si los dedos están bien, etcétera.
El tratamiento del pie cavo consiste en la aplicación de una plantilla en el calzado y un botón retrocapital para que las cabezas metatarsales no apoyen tanto y que los niños deban extender los dedos al caminar.
Andar sobre los dedos
Andar sobre los dedos de los pies es algo frecuente entre los niños de entre uno y tres años de edad, cuando están aprendiendo a caminar o hace poco que han aprendido, sobre todo durante el segundo año de vida. Generalmente esta tendencia desparece en torno a los dos años, aunque en algunos niños persiste más tiempo.
Si un niño presenta esta forma de andar de forma intermitente, no debería ser motivo de preocupación. Pero los niños que andan de este modo casi de forma exclusiva y siguen haciéndolo después de cumplir dos años deberían ser evaluados por un médico.
El andar sobre los dedos de los pies de forma persistente en niños de más edad o andar de este modo con una pierna puede estar relacionado con otros trastornos, como la parálisis cerebral u otros problemas de origen neurológico.
El hecho de andar persistentemente apoyando el peso sobre las puntas de los pies en niños que no tienen otro problema de salud que pueda explicar esta forma de andar, requiere tratamiento solo ocasionalmente, como escayolar el pie junto con el tobillo durante aproximadamente seis semanas para contribuir a fortalecer los músculos de la pantorrilla.
Cadera
Una cuestión muy grave que afecta a los niños es la luxación congénita de cadera, lo que era muy frecuente anteriormente, pero esto ha cambiado con la seguridad social, pues los médicos están mejor preparados y los ortopedistas lo detectan antes, por lo que se inicia con el tratamiento adecuado y se evitan problemas posteriores.
Alberto Garza explicó que este problema requiere que se le coloque un cojín y se tomen controles radiográficos. Si la columna queda centrada, se le pone un yeso y así se deja, de lo contrario, es necesario una cirugía.
Cuando la cadera es “luxable” o inestable pero no esta luxada todavía, es útil la prueba de Barlow, la cuál consiste en colocar al lactante sobre el dorso con las caderas en flexión de 90 grados y las rodillas en flexión total. Se aplica el dedo medio sobre el trocánter mayor y el pulgar de cada mano en posición opuesta al trocánter menor, en el triangulo femoral.
Se llevan las caderas hasta la abducción media. La presión aplicada con el pulgar desde atrás sobre el trocánter menor suele luxar la cabeza femoral a través del labio posterior del acetábulo. Al liberar la presión del pulgar, la cabeza del fémur se desliza de nuevo hacia la cavidad acetabular.
Espalda
El ortopedista señaló que el problema más frecuente de espalda en los niños es la escoliosis, que implica una desviación de su columna, algo que se detecta mediante la revisión médica, cuando se pone al menor a caminar.
“Si quedan dudas, se toman unas radiografías con el paciente de pie”, comentó.
“La primer causa de dolor lumbar es la discrepancia en longitud de miembros pélvicos, es decir, cuando una pierna queda más larga que la otra, si es mayor de cinco milímetros estamos obligados a ponerle una plantilla, no es necesario compensarlo todo, pero sí es necesario ponerle aumento”, expuso Garza Hernández.