Antonio García, comunicador gráfico, ha publicado un libro dedicado al bicentenario; sin duda es un texto diferente, en lenguaje coloquial, que nos lleva a recapacitar sobre los errores que hemos cometido los mexicanos a lo largo de nuestros dos siglos de historia.
Cuando empezamos a leer el texto nos hace reflexionar de manera diferente, entre sonrisas y carcajadas, por las ocurrencias que a ningún historiador, por "muy bueno que fuere", llegó a ocurrírsele.
García, afirma que la Independencia de México, en realidad fue el intento de regresarle el trono a Fernando VII y al grito de "Viva la Virgen de Guadalupe y viva Fernando VII", de fondo, era una manifestación de repudio contra Francia. ¿Lo había pensado así?
Lo cierto es que el nacimiento de nuestro país, como imperio independiente, dejó abierta la oportunidad para que Agustín de Iturbide, luego de haber logrado independizarnos, se declarara "Alteza Serenísima".
También nos narra la historia de los restos de Cuauhtémoc, aparentemente descubiertos en Ixcateopan, por Eulalia Guzmán, izquierdista mexicana. La jugada publicitaria resultó, pues dio importancia turística al lugar y ella premiada al imponer su nombre a una calle del pueblo.
Finalmente, los estudios forenses demostraron que los huesos pertenecieron a cuatro diferentes cuerpos y el cráneo era de mujer. De cualquier manera, la promoción turística había sido consumada.
García, recuerda cómo el festejo de la Independencia se corrió del 16 al 15 de septiembre, a fin de que coincidiera con el cumpleaños de Porfirio Díaz; y con una visión crítica y humor ácido, nos demuestra que en lugar de un día de fiesta terminamos teniendo dos, como buenos mexicanos dados a los festejos y algarabías.
También pregunta: ¿por qué no empezamos a festejar desde el 13 de septiembre, que se celebra el aniversario luctuoso de los Niños Héroes? ... o mejor aún, iniciar el primero del mes, cuando arrancan las sesiones de la Cámara de Diputados y prolongarlas al 21, fecha conmemorativa de nuestra liberación, para así reunir casi un mes de asueto, como país europeo primermundista.
Sin duda, sería un buen lapso de recuperación, para prepararnos a la llegada del festejo "Lupe-Reyes", casi otro mes de alegría y felicidad mexicana.
También nos señala cómo fuimos el primer pueblo en aprovechar para acarreos políticos a la Virgen María; ¿Qué Guadalupe no fue utilizada para animar a los independentistas? ¿Recuerda a la Virgen de los Remedios?, protectora de los ejércitos del virrey, a quien por cierto, le hicieron cargar un Niño Dios, armado con filosa espada, cambiando abruptamente el sentido de amor cristiano.
El antecedente histórico quedó asentado por Francisco de Florencia.
Ni qué decir de las Islas Bermejas, descritas en las cartografías del primer tercio del siglo anterior, que ahora ¡han desaparecido del mar!, cosa que sólo sucede a los mexicanos, que no debe de extrañarnos, ya que también perdimos la mitad de nuestro territorio nacional."
Habría que agregar que también hemos perdido apéndices de hombres ilustres, como cabeza de Villa o la pierna de Santa Anna.
Las historias de amantes también son temas de bicentenario, o ...¿qué me dice sobre la historia del beso que dio origen al Estado de Aguascalientes?; ¿y del enamoramiento de presidentes, ancianos y religiosos, por la Güera Rodríguez?
Desde luego que los mexicanos somos capaces de confundir al más ducho; en política somos expertos tales, que personajes eruditos no fueron capaces de comprendernos. Recuerde al famoso André Breton, quien en 1936, se declaró incompetente, definiendo nuestros procedimientos como "surrealistas".
Para el caso de asesinatos, nadie ha de comparársenos; baste que recordemos al diputado Manuel Muñoz Rocha, de quien aún desconocemos su paradero -vivo o muerto- dejándonos una enorme laguna de dudas y la sombra de complicidad de políticos, administradores públicos, familiares, investigadores especializados y oportunistas varios, hasta la afamada bruja Francisca Zetina, "La Paca", que no dudó en separar el cráneo de la osamenta de su padre para que fuera enterrado, luego redescubierto, pasándolo como la calavera del diputado.
Recuerde las dudas y titubeos de Cuauhtémoc, a quien finalmente -dicen- le quemaron los pies, luego que no pudo decidirse y detener a los españoles en el Paso de Cortés, maniatando a Cuitláhuac y sus guerreros, apegado a las predicciones del regreso del dios barbado y rubio Huitzilopochtli.
Algunos historiadores modernos hablan de la confusión entre la Corregidora, su marido ya entrado en años y el galán Ignacio Allende:
"¡Nos descubrieron!", fue la frase detonante del Grito de Dolores, que, según algunos corrillos, se refería a una relación de dos.
No lo dude: los mexicanos somos diferentes, aún genéticamente; lo que debemos propiciar es nuestro cambio de actitud, aprovechando el impulso del bi y centenario, que al parecer nos ha costado millones de pesos en eventos y espectáculos que en La Laguna poco hemos disfrutado. ¿Qué piensa?