Bochorno, síntoma de la menopausia

Los bochornos, también conocidos como calores o sofocos son una de las principales manifestaciones de la menopausia y requieren, al igual que el resto de los malestares, un tratamiento para que las mujeres en esta etapa pueden tener días más placenteros.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, los bochornos se manifiestan por una sensación súbita de calor que proviene del interior del cuerpo, y generalmente afecta la parte superior; ruboración en el rostro y sudoración, seguidos se escalofríos acompañan con cierta regularidad a los bochornos.

Aunque éstos sólo duran unos minutos, no dejan de ser molestos porque la intensidad, frecuencia y duración en tiempo varían mucho; su presencia no depende para nada del clima exterior, por lo que suele ocurrir que una mujer sienta elevado calor repentino al encontrarse en un ambiente frío.

Algunas mujeres los manifiestan de manera intensa sobre todo por las noches, ocasionando insomnio y sudoraciones excesivas.

En la medida en que el organismo se va ajustando a sus nuevos niveles hormonales a partir de la menopausia, los bochornos se reducen considerablemente. Se considera que la generalidad deja de padecerlos a los 60 años de edad.

Sin embargo, para éste y otros signos de la menopausia existen diversos tratamientos que ayudan a reducir dichas manifestaciones, con los que las mujeres pueden hacer una vida normal, sin alteraciones y con el pleno disfrute que en cada etapa de la vida puede tenerse.

Desde hormonas sintéticas prescritas por el ginecólogo, hasta tratamientos naturales, los hay para cada necesidad y presupuesto.

Otra manifestación frecuente de la menopausia es la resequedad vaginal, que se debe al adelgazamiento de la capa externa de la membrana mucosa que recubre la vagina.

Ésta puede provocar molestias o dolor durante el coito o vaginitis persistente.

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