En crisis. Los boleros han enfrentado una baja de clientes debido al cambio de la Presidencia Municipal.
Todavía no cumplen un mes fuera de la manzana de la antigua Presidencia Municipal, pero ya no aguantan la baja en las ventas.
Los boleros que durante décadas permanecieron a los costados y atrás del edificio municipal, hoy desconocen si podrán volver a los sitios que ocupaban antes de la demolición del inmueble o si tendrán que buscar otro sitio para trabajar.
José Antonio de Santiago, de 52 años, tenía 25 en la plazuela Juárez, atrás de la Presidencia. Señaló que tras la reubicación, la venta les ha bajado en un 80 por ciento.
"Nos ha bajado bastante, estamos trabajando como a un 20 por ciento ahorita", manifestó.
Al suspenderse la actividad en la Presidencia Municipal, se redujo considerablemente la afluencia de gente a esta zona, de modo que los boleros se quedaron sin clientes, pues incluso los propios funcionarios y regidores con frecuencia iban a que les lustraran los zapatos.
"Al estar las oficinas, había clientes de parte de Presidencia y aparte la gente que venía a arreglar algunos asuntos, ahí más o menos sí nos visitaba la gente, eran cerca de 100 personas las que pasaban entonces que se boleaban, 2 ó 3 era suficiente, pero ahorita ya no tenemos la afluencia de esas personas", comentó.
Debido a los trabajos de demolición de la Presidencia Municipal, los boleros tuvieron que cambiarse a la avenida Morelos y calle Ramón Corona, afuera de una tienda de autoservicio, donde ofrecen su trabajo.
"Está muy calmado, nomás granea poquito, pero sí está solo, ya no es lo mismo de como estábamos ahí en la esquina", dijo Ricardo Álvarez, de 31 años, 15 de los cuales estuvo en la plazuela Juárez.
"Nos afecta también mucho el cambio de plaza porque mucha gente no sabe que estamos de este lado de la Morelos", añadió.
En la plaza alrededor de la Presidencia también había dos puestos fijos de aguas frescas, los cuales no se trasladaron a ningún sitio, sino que, según fuentes en el Ayuntamiento, reciben un apoyo mensual del Municipio en lo que se termina la demolición, pues se les permitirá volver a instalarse.
Entre los boleros hay gran incertidumbre, pues desconocen si se les permitirá regresar a las esquinas que han ocupado por más de 30 años en algunos casos, o si ya no tendrán cabida en el proyecto de la Gran Plaza.
"Hasta ahorita no nos han comunicado nada en concreto, hemos sabido así rumores pero así en concreto, que hable alguna persona con nosotros, hasta ahorita no", manifestó de Santiago.
Por su parte, Álvarez dijo que el alcalde, Eduardo Olmos Castro, les dijo que sí se les permitiría laborar en la Gran Plaza, por lo que mantienen buenas expectativas para el próximo año, sin embargo, han sabido que la construcción del nuevo paseo tardará cerca de un año.
"No alcanza para los gastos, allá sacábamos de a dos varos diarios, aquí no, no alcanza", comentó.
De Santiago señaló que actualmente tienen menos de 15 clientes por día. La boleada tiene un costo de 15 pesos.
"Vamos a cumplir tres semanas y en realidad estamos batallando bastante, horriblemente, estamos solicitando un apoyo al Municipio, alguna despensa, algún apoyo económico, algo que nos puedan ayudar", dijo De Santiago.
Álvarez dijo que hay rumores de que las bolerías también pudieran recibir un apoyo, pero sólo los dueños y no los empleados.
JOSÉ ANTONIO DE SANTIAGO
Bolero desde hace 25 años
RICARDO ÁLVAREZ
Bolero desde hace 15 años