El mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Tom Brady (derecha), es presionado por la defensiva de los Carneros de San Luis y Eugene Sims (92) en la primera mitad durante un juego de pretemporada de la NFL. A la izquierda está el centro de los Patriotas, Dan Koppen. (AP)
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FOXBOROUGH, Massachusetts.- Tom Brady aplaudió desde la línea lateral cuando su compañero se escapó para una ganancia de 52 yardas.
El entrenador Bill Belichick y otros jugadores, en cambio, observaban sin reaccionar. Después de todo, era sólo un juego de exhibición.
Pero el dos veces Jugador Más Valioso del Super Bowl gritó: "Vamos, vamos, vamos", hasta levantar el puño en el último "vamos".
Cuatro días después, se vio a Brady en los campos de prácticas de los Patriotas de Nueva Inglaterra. Besó a su esposa, la modelo brasileña Gisele Bundchen. Cargó a su hijo de ocho meses, Benjamin Rein Brady, y se dio tiempo de lanzarle la pelota a su otro vástago, Jack, de tres años.
Un día, el quarterback de 33 años de edad alienta a un compañero novato como Darnell Jenkins -que con su escapada ayudó a los Patriotas a derrotar 27-24 a Nueva Orleáns el 13 de agosto-, y al siguiente es un esposo y padre amoroso.
Es un acto de equilibrismo: competidor intenso y devoto hombre de familia, Brady parece llevar con éxito esta disyuntiva, aunque algunos de sus críticos se preguntan si en su undécima temporada y con más responsabilidades, mantiene el mismo fuego interior y deseo de ganar.
"Sigue siendo uno de los primeros en llegar y últimos en irse", dijo el centro Dan Koppen, uno de sus mejores amigos. "Es el líder del equipo sin importar lo que pase en su casa".
El hogar de Brady en la pretemporada pasada estuvo en California, donde Jack vive con su madre, la actriz Bridget Moynahan. En ese estado, Brady tiene una mansión equipada con lo necesario para entrenarse y ahí fue donde bautizó a Benjamin.
Brady entrenó con el receptor Wes Welker en la Universidad de California en Los Ángeles y pasó tanto tiempo lejos de los Patriotas que perdió su lugar predilecto en el estacionamiento, pero se reportó cuando lo llamaron y se ha mostrado impresionante en la pretemporada.
"No hay nada que pueda hacer cambiar a Brady", dijo el fullback de los Saints Heath Evans, quien fue su compañero. "No creo que sus prioridades hayan cambiado".
En el trabajo está claro que Brady, quien fue una selección de sexta ronda en el draft del 2000, no ha perdido su pasión. Luego que sus compañeros terminaron una práctica en un día caluroso, Brady se quedó a entrenar un poco más con el ala cerrada novato Aarón Hernández.
"Si el quarterback no se queda a entrenar más, ¿quién lo hará?", dijo Brady. "Venimos desde lejos para estas prácticas, hay que hacerlo lo mejor posible".