Bravo va por su partido número 300

GUADALAJARA, Jal.- Sorprendido por la noticia, pero a la vez motivado por lo que ésta significa, Omar Bravo cumple este domingo 300 partidos en la Primera División mexicana, para enriquecer aún más una historia que lo tiene hoy en día como el segundo máximo anotador del Rebaño Sagrado.

Si bien el delantero sinaloense no ha sido un hombre de una sola camiseta en nuestro balompié (ya que jugó seis partidos con los Tigres), ha sido con el Guadalajara donde su trayectoria se ha apuntalado.

"Cuando uno inicia su carrera no piensa en cantidades de partidos jugados, pero es una estadística y estoy tranquilo y satisfecho con lo que logré en mi carrera, esperando que todo salga bien. Uno busca tener nombre y respeto y apoyar a tu familia en esta profesión que te da muchas cosas", comentó el delantero.

Luego de diez años de trayectoria en el futbol nacional, parece quedar lejos aquel debut ante Tigres, con Jorge Dávalos como técnico del Rebaño; sin embargo, Bravo recuerda con nostalgia lo hecho hasta ahora.

"Estos 300 partidos representan voltear a ver que han pasado tantas cosas que a veces no te das cuenta que ya pasaron diez años [de carrera], ahora tengo 30 [años de edad] y la verdad me siento muy bien", sentenció con una amplia sonrisa.

Si bien las estadísticas no son algo que pondere en su trayectoria el ariete rojiblanco, cifras significativas como esta tiene un valor intrínseco por la gran experiencia adquirida.

"Las cifras y estadísticas siempre se van presentando e incrementando a lo largo de la carrera; no sabía esto, pero es un símbolo de que hay que tratar de tener constancia y perseverancia en una carrera tan bonita como la del futbolista", finalizó.

El Universal Monterrey, nl.- El América desplegó por grandes lapsos el futbol que le ha valido abucheos durante el Apertura 2010, pero fue suficiente para vencer a los Tigres 2-1 en partido amistoso y quedarse con la Copa Insurgentes que estaba en disputa.

Manuel Lapuente se tomó el encuentro en serio, al menos en el principio. Mandó a la anegada cancha del estadio Universitario a un cuadro que incluyó su artillería de lujo. Daniel Montenegro, Vicente Sánchez y Vicente Matías Vuoso.

La apuesta del estratega de las Águilas parecía alejarse de esa propuesta avara que ha mostrado en los partidos ligueros. De inicio los azulcrema se adueñaron del balón y agobiaron a los suplentes felinos que saltaron a la cancha.

El funcionamiento ofensivo que busca la afición americanista cada semana apareció en los primeros 10 minutos, cuando sus refuerzos "de lujo" para esta campaña, Sánchez y Vuoso, se combinaron en una jugada que el uruguayo aprovechó al minuto tres para fusilar al arquero Enrique Palos (1-0).

Después, la propuesta azulcrema de ir al frente, fiel a su costumbre, desapareció con la ventaja en el marcador. "El Kikín" Fonseca entonces aprovechó para llevarse el espectáculo de la tarde.

Desde el manchón de penal, el ex puma pasó de villano a héroe. Falló un disparo en la primera parte y tomó revancha en su segunda oportunidad, cuando el nerviosismo lo invadía frente a la escasa afición que presenció el encuentro.

Sobre el final de la etapa inicial, una falta de Aquivaldo Mosquera sobre Jesús Molina derivó en un penalti que tapó el que nunca hace que se extrañe a Guillermo Ochoa cada vez que se ausenta del arco amarillo: Armando Navarrete.

Pero Fonseca, nervioso, suspirante y con menos convicción que en su primer remate, pudo anotar desde los once pasos con un disparo mordido por el centro, que el guardameta águila estuvo lejos de rechazar por haberse vencido. Así cayó la igualada a uno en el 70'.

El trámite del encuentro hizo el empate justo. No obstante, el joven volante George Corral con un tiro libre le dio la victoria al América, cuando faltaban 5 minutos para el final.

Lapuente respiró porque el empate ha sido el sello de su equipo. Vivió el partido como si fuese del torneo regular, mientras que los Tigres siguen dando más de qué hablar por los arrebatos del timonel Ricardo Ferretti que por lo que hacen dentro de la cancha.