Más nieve. Una segunda tormenta de nieve azotó la ciudad de Nueva York y Philadelphia.
Cientos de miles de personas en el Noreste de Estados Unidos soportaron penosamente un día más a la espera de que las cuadrillas restablecieran el servicio eléctrico en medio de nevadas intensas, lluvias torrenciales y vientos huracanados.
Las fuertes ráfagas paralizaron el tránsito en lo que fue la tercera tormenta del mes para algunas zonas. Partes de Nueva York tuvieron más de 60 centímetros (dos pies) de nieve, en tanto zonas costeras de Nueva Inglaterra se vieron anegadas por lluvias torrenciales.
Más de un millón de clientes se quedaron sin electricidad debido a la tormenta y el sábado por la tarde casi 600,000 seguían sin ella desde Pensilvania a Maine. El tendido eléctrico de Nueva Hampshire fue el más afectado, con más de 250,000 clientes sin luz. Nueva York tenía más de 170,000 y Maine unos 75,000.
El viento más intenso fue de 146 kph en Portsmouth, Nueva Hamphire muy por encima de la intensidad de los huracanes de 119 kph. Hubo ráfagas de hasta 97 kph o más desde las montañas de Virginia Occidental hasta Long Island, en Nueva York y Massachusetts.
Se advirtió que algunos residentes seguirán sin electricidad durante una semana debido a que los árboles y postes caídos impedían el trabajo de las cuadrillas.
El subjefe de bomberos Dick Pistey comparó la situación con la de hace dos años, cuando los árboles y postes quedaron cubiertos de hielo y millones estuvieron sin electricidad durante dos semanas.
Nick Vermette, de 49 años, especialista en seguridad de la principal generadora de energía de Maine, supervisaba a los trabajadores que restauraban el servicio en Portland, exhausto después de 17 horas de trabajo.
"Cuando uno llega a la casa y se baña, trata de dormir, se levanta y regresa, logra en promedio cuatro o cinco horas de sueño", dijo.
