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Buscan 'desempolvar' los misterios del polvo

AP

Aunque la mayoría de la gente quiere deshacerse del polvo con una escoba o un plumero, un panel de científicos se reunió el viernes para concentrarse en esa materia e incluso para elogiarla. Hablaron sobre polvo en el aire, polvo en los océanos, polvo en los pulmones de la gente, polvo bueno y polvo malo.

La reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia se realizó en una sala de conferencias en el sur de California, la tierra donde los incendios forestales recientes llenaron el aire con humo y polvo.

Algunos investigadores hablaron de los peligros del polvo, la "geotoxicología", como dijo Geoffrey S. Plumlee, del servicio Geológico de Estados Unidos.

Pero resulta que el polvo también puede fertilizar la tierra y el océano, ayudando a algunos tipos de vida marina.

Aunque parece que el cambio climático afecta la cantidad de polvo en el aire, no está claro el fenómeno contrario —el efecto de polvo en el calentamiento del planeta.

Y los estudios históricos sugieren que las eras gélidas fueron también sorprendentemente polvorientas.

Por otro lado, Plumlee reporta que el aire que respiran los humanos puede tener "una cantidad impresionante de partículas en él".

Los hongos del suelo que causan una enfermedad infecciosa en muchas partes del Suroeste de Estados Unidos, viajan por ejemplo en el polvo agitado por el viento. Y los aumentos del nivel de polvo en el aire llevan a mayores índices de internación en los hospitales, por padecimientos como el asma, añadió.

Otros efectos perniciosos pueden ir de un mayor riesgo de infarto cardiaco a cáncer y fibrosis pulmonar.

Las instituciones de salud se han concentrado principalmente en las partículas cuyo origen está en las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, pero hay también una atención cada vez mayor a los efectos potenciales sobre la salud por parte del polvo que se origina de erupciones volcánicas o de las cenizas de los incendios forestales, añadió el experto.

Daniel R. Muhs, también del servicio Geológico, reveló que los estudios de los sedimentos en el océano y del hielo en la Antártida muestran que en las eras del hielo había incluso más polvo que hoy.

Los glaciares son grandes productores de polvo, al pulir las rocas, explicó. Muhs destaca que el flujo de agua desde debajo de los glaciares suele tener una apariencia lechosa, no transparente, por la gran cantidad de polvo que contiene. Además, añadió, los periodos glaciales fueron más secos y, por lo tanto, algunos lugares como Africa tenían menos vegetación y el viento podía levantar incluso más polvo.

Hablando del polvo africano, éste sería benéfico para fertilizar regiones como la cuenca del Amazonas, dijo Oliver Chadwick, de la Universidad de California en Santa Bárbara. Incluso en Hawai, uno de los lugares menos polvorientos de la tierra, los bosques se fertilizan por el polvo llevado por el viento, consideró.

La mayor parte del polvo se genera en los desiertos y sus inmediaciones, pero también donde la agricultura abre el suelo, permitiendo que el viento se lleve parte de la tierra más fértil, dijo Chadwick.

El polvo puede ser bueno y malo, concluyó Muhs, amenazando la salud pero fertilizando la tierra y el océano. Afecta también la radiación terrestre, que pasa actualmente por un calentamiento debido a los gases emitidos por los seres humanos, que se incorporan a la atmósfera.

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