Se levantó un mapeo de la zona, donde se localizó una “narcofosa” con siete cuerpos, cinco de ellos decapitados, en las cercanías del rancho La Uva, en Mazatlán, en busca de más víctimas.
El director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría de Justicia del Estado, Louis Alberto Jauss López, expuso que las primeras evidencias que se tienen es que las personas asesinadas, algunas de ellas por asfixia, sus muertes se produjeron en periodos de tiempo distintos.
En dos casos, sólo se recolectaron osamentas, lo que hace presumir, en un primer dictamen preliminar que sus decesos, se produjeron entre un periodo de seis a ocho meses, una de las víctimas fue decapitada y la otra, por las evidencias, murió ahorcada.
Jauss López explicó que el martes anterior, al filo del mediodía, se recibió un reporte en C-.4, sobre la posible ubicación de una “narcofosa”, en las cercanías del rancho La Uva, en el poblado de Miravalle, en la salida del puerto de Mazatlán.
Investigadores y peritos forenses recorrieron la zona y primero descubrieron cinco cadáveres, de personas, cuyos sexos aún no se determinan, cuatro de ellos decapitados, con diversas lesiones que hacen presumir torturas.
Sobre estos decesos, por sus características y primeras evidencias recolectadas, hacen presumir que por lo menos tienen cuatro semanas de haber sido sepultadas en forma clandestina en ese punto del municipio.
El funcionario hizo notar que hasta el momento la averiguación previa abierta Mazt/ 130/2010 se encuentra bajo la jurisdicción del fuero común.
Sin embargo, en la demarcación del lugar y extracción de los cuerpos se contó con el auxilio de las autoridades federales y del Ejército mexicano.