La asesina de una niña hija de mexicanos fue sentenciada este lunes en California a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Al escuchar su sentencia, Melissa Huckaby lamentó la muerte de la niña Sandra Cantú de ocho años de edad ante la madre de ésta, María Chávez, pero dijo que no sabía cómo explicar el homicidio.
La tía de la víctima, Angela Chávez, presentó en la audiencia de sentencia una serie de diapositivas sobre la menor que fue secuestrada, asesinada y luego dejada dentro de una maleta en una zona argrícola en Tracy, California.
En mayo Huckaby sorpresivamente se declaró culpable de homicidio en primer grado mientras se presentaba en una audiencia. La profesora de escuela dominical en una iglesia de Tracy dijo en la audiencia que ella asesinó a la menor.
La niña desapareció en marzo de 2009 después de que salió a jugar a casa de una amiguita. Las autoridades la buscaron durante días hasta que unos trabajadores agrícolas avisaron que habían hallado una maleta abandonada en un canal de irrigación, donde se encontró el cadáver.
Huckaby, propietaria de la maleta, fue arrestada como sospechosa y se le presentaron cargos que había negado hasta entonces. La asesina confesa sufría de fuertes depresiones cuando cometió el homicidio, de acuerdo con familiares.
Jeniffer Wadsworth, una reportera novata de 22 años de edad del pequeño periódico local The Tracy Press, fue quien descubrió que Huckaby había probablemente asesinado a la niña, quien vivía con su madre en California mientras que su padre vivía en México.
