Calaveritas, calaveritas...
La "huesuda" ronda por la Fiscalía
Dicen que de Rubén López se disfrazará
Sería una verdadera tontería
Pensar que al Fiscal no se lo "acarruchará".
Que venga corriendo la muerte
Grita con gran valor el Fiscal
No me da miedo tenerte en frente
Pues mis guaruras traen buen arsenal.
Ni Montaño, Núñez, ni el "Perro"
Podrán protegerte, Ramirito
Aunque te escondas detrás del cerro
Tú será el primerito.
Ministeriales, judiciales y peritos
Junto con el vocero y la vocera
Me los voy a llevar a todos juntitos
Y de paso me traigo al "Güero" Rivera.
El Gobierno cambió a toda su gente
Algunas plazas resultan una tontería
Ya no se ven funcionarios valientes
Que brinden seguridad a la ciudadanía.
La "Parca" se molestó por tanto cambio
Y ya se preparó con su trinche bien filoso
Se pasará por los huesos a todo funcionario
Empezando por León Campos y el licenciado Rosso
Ni la "Pelona" entendió tales decisiones
De contratar a Fernando Ríos y René Ortiz Olguín
Espera que trabajen bien en sus instituciones
O serán los primeros que se lleve el "Chamuquín".
En la carroza cupieron todos amontonados
La “Calaca” manejaba con exceso de velocidad
No sabía que en Durango hay baches por todos lados
Y quedaron volcados a media vialidad.
Protección Civil y Cruz Roja acudieron al auxilio
Paredes y Felipe Cortez dirigían las acciones
Ruvalcaba y Pinedo atendían a un herido
Mientras la “Flaca” se apoderaba de los cuatro varones.
Al lugar llegó la Policía y Vialidad
Contra la muerte se tuvieron que enfrentar
Pero no pudieron con su gran habilidad
Y al averno cayeron Cipactli y López Carvajal.
Raymundo Enríquez habló con reporteros de la fuente
Para pedir que informaran lo sucedido
Al día siguiente en los periódicos la noticia más fuerte
Fue que ningún funcionario quedó vivo.
Versos sin esfuerzo
Las "calaveritas" son versos populares breves, por lo general satíricos y burlones, mediante los que se ironiza sobre algún individuo o personaje al cual van dirigidos. Están escritos a modo de epitafios y es muy común tratar al aludido como muerto, vinculándolo a expresiones cómicas de su actividad, profesión, cargo o atributo, con absoluto desenfado por su poder o posición social.