Nuevo calzado para los pequeños de la firma Tommy Hilfiger. Una mezcla perfecta entre diseños y una corriente pop del artista.
EL UNIVERSAL
Cada vez son más las alianzas entre el diseño de moda y artistas que marcaron un hito en la historia de la plástica. Gracias a esto, surgen novedosas prendas y accesorios que enriquecen los guardarropas más alternativos de hoy.
Las formas, colores e ideas plasmadas en los lienzos de grandes de la pintura y otras disciplinas artísticas, le dan un valor agregado a estos objetos, que llevan detrás toda una historia.
El calzado no está exento de esta tendencia y es así que vemos nuevas colecciones, inspiradas en la obra de artistas que rompieron esquemas con su particular visión estética.
Es el caso de la firma Tommy Hilfiger, la cual lanza en México una colección, creada en colaboración con la fundación dedicada a preservar el patrimonio del artista Keith Haring.
En esta colección que incluye sneakers (tenis en choclo) y rain boots (botas de lluvia), podemos apreciar el trabajo e inspiración artística del ya fallecido pintor, con motivos que resaltan su reconocida iconografía.
La colección está dirigida a niños, niñas y juniors, y llegó a México en la segunda quincena de agosto como edición limitada.
Para Hilfiger ha sido un honor colaborar en esta colección: "Siempre fui admirador del trabajo de Haring, que habla de la importancia del arte contemporáneo en la cultura pop".
El más importante de los pintores de graffiti de los años ochenta, nació en Kutztown, Pennsylvania, en 1958. Desde pequeño, Keith Haring, dibujaba inspirándose en las animaciones que veía por televisión. Estudió arte en la Ivy School of Art de Pittsburgh, donde comenzó a hacer serigrafías para imprimir en camisetas.
Prosiguió sus estudios en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York; sin embargo, en 1980 se dedicó a los graffitis, usando un rotulador sobre anuncios en el metro de Nueva York.
A esto siguieron historietas hechas con tiza blanca sobre los paneles negros del metro; la iconografía era una mezcla de elementos, personas y perros, a los que se añadieron más tarde figuras corriendo, bebés gateando, halos, pirámides, televisiones, teléfonos y otras creaciones; el tratamiento de Keith Haring de temas como el poder y el miedo a la tecnología sugiere angustia y refleja su inquietud moral.
