Efecto. La inseguridad ha obligado a las empresas a cambiar sus esquemas de negocios. ARCHIVO
La crisis económica, la inseguridad y las alertas que emite el Gobierno de Estados Unidos para evitar que sus ciudadanos visiten México, han puesto en jaque la situación financiera de las pequeñas y medianas empresas turísticas obligadas a modificar sus esquemas de negocios como disminución de hasta 40% en los precios de sus servicios ante el desplome de las ventas que llegaron hasta 80%.
Muchos empresarios del sector restaurantero y hotelero, principalmente, han tenido que recurrir no solamente a drásticas disminuciones en sus precios, sino también a recortes en su plantilla laboral, o contracción de horarios y salarios, entre otros, para evitar caer en la quiebra.
Carmen Porras, socia propietaria de El Arrayán, uno de los restaurantes de comida mexicana más reconocidos en la zona, y Crispín Mejía, director general del grupo El Edén, que incluye varios atractivos desde la muestra de la fabricación de tequila artesanal hasta deportes extremos, pasando por restaurantes y masajes, aseguran que los dos últimos años "han sido fatales" para los negocios que dependen del turismo, principalmente extranjero.
"Hemos tenido que bajar los precios, ya casi regalados, para poder competir porque somos muchos prestadores de servicios, hay mucha oferta y muy pocos turistas, casi nada de demanda, y eso es muy peligroso, puede convertirse en vicio porque la competencia ya no consiste en ofrecer mayor calidad sino el precio más barato", declaró Mejía.
Entrevistada por separado, Carmen Porras aseguró que el sector restaurantero lleva dos años hundido, con ventas raquíticas "a cualquiera que le preguntes te va decir que esta es la herencia que nos dejaron los jinetes del apocalipsis: la violencia, inseguridad, el narcotráfico e influenza". Confirmó que muchos inversionistas, propietarios de pequeñas y medianas empresas turísticas, buscan mover sus esquemas, buscando nuevas estrategias que les permitan reposicionar sus negocios, pero no es fácil, pues los precios de la publicidad y los servicios de las agencias de relaciones públicas se han disparado.
Ante la situación de inseguridad los negocios han tenido que adaptar sus esquemas.
