Ante la disputa de 20 hectáreas de tierra entre habitantes de San Sebastián Nopalera y de Zimatlán de Lázaro Cárdenas, en la región mixteca de Oaxaca, 49 personas, en su mayoría mujeres, niños y niñas, determinaron salir del segundo pueblo para refugiarse en el municipio de Tlaxiaco, ubicado a unos 220 kilómetros de su comunidad en la misma región.
Vecinos de estas dos poblaciones mantienen un conflicto agrario desde los años 30 del siglo pasado y que en los últimos meses se ha agudizado con disparos de arma de fuego.
El presidente interino del Centro de Derechos Humanos de Asesoría a Pueblos Indígenas (CEDHAPI), Rufino Benítez Sánchez, explicó que ahora las 49 personas llegaron a las instalaciones de este organismo en la ciudad de Tlaxiaco, ubicada a unos 150 kilómetros al poniente de la capital oaxaqueña.
La población de Zimatlán de Lázaro Cárdenas se localiza en la región mixteca, a unos 370 kilómetros al poniente de la ciudad de Oaxaca. El agente municipal Bernardino Hernández informó que existe un conflicto con la comunidad de Nopalera, cuyos habitantes se han apoderado de al menos 20 hectáreas de tierras de cultivo.
Las personas llegaron a refugiarse en las oficinas del CEDHAPI, mismas que fueron habilitadas como dormitorios; ahí están 17 mujeres adultas, 16 niños y 15 niñas, junto con ellos llegó Rubén Hernández Cruz, quien está herido de bala en el hombro derecho, donde aún tiene alojado el proyectil.
El problema se agudizó en el mes de marzo pasado cuando un grupo de agricultores intentó limpiar sus tierras para cultivar y fue atacado a balazos, desde entonces están desaparecidos los campesinos Marcelino Hernández Jiménez y Eleazar Asunción Sánchez Hernández.
Benítez Sánchez explicó que personal de Centro de Derechos Humanos de Asesoría a Pueblos Indígenas apoyó a este grupo de personas para abandonar su comunidad, pues era urgente, ya que sus vidas corrían peligro en aquella población, donde decenas de viviendas y cultivos han sido incendiados.
“Son insuficientes policías”
El ombudsman informó que en la comunidad sólo quedaron hombres, ya que otras 70 personas se refugiaron en el municipio de Putla de Guerrero, la cual se localiza a unos 100 kilómetros de distancia de la zona del conflicto.
A Zimatlán de Lázaro Cárdenas llegaron la noche del viernes unos 50 policías estatales para controlar la situación, pero a juicio de Benítez Sánchez “son insuficientes”, ya que además “fueron recibidos a balazos”.
El presidente interino del Centro de Derechos Humanos de Asesoría a Pueblos Indígenas pidió al gobierno estatal garantías de seguridad para quienes se quedaron en la comunidad de Zimatlán de Lázaro Cárdenas y que inicie una mesa de negociación para que los refugiados puedan regresar a su localidad.
Hizo un llamado a la población en general solicitando víveres para las personas refugiadas en Tlaxiaco, ya que es difícil atenderlas, pero lo prioritario ahora “es salvaguardar sus vidas y para ello tuvieron que salir de su comunidad”.
Aclaró que los hechos violentos que se han registrado en aquella zona del estado “no son enfrentamientos como dice el gobierno del estado, porque los habitantes de Zimatlán no han disparado una sola vez, los disparos de arma de fuego vienen de Nopalera”.