Canje. Un hombre observa el vuelo N766VA de Vision Airlines. La aeronave, procedente de Viena, transportaba a los cuatro ciudadanos rusos que estaban en prisión en su país natal por trabajar como agentes secretos para la Inteligencia estadounidense y que hacen parte del mayor canje de espías entre Rusia y Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría. EFE
Washington y Moscú orquestaron ayer el mayor canje de espías desde la Guerra Fría, al intercambiar a 10 agentes arrestados en Estados Unidos por cuatro condenados en Rusia, en un paso de baile diplomático estrictamente coreografiado en el aeropuerto de Viena.
El intercambio fue una clara demostración de las nuevas relaciones con Rusia promovidas por el presidente Barack Obama, lo que le permitió a Estados Unidos obtener la libertad de cuatro rusos, algunos de los cuales purgaban largas penas de cárcel.
Al menos uno de ellos, el ex coronel Alexander Zaporozhsky, habría brindado información que llevó a la captura de Robert Hanssen y Aldrich Ames, dos de los espías más importantes atrapados en Estados Unidos.
Con el canje, Moscú evitó que se realizaran 10 juicios en Estados Unidos que pudieran haber resultado bochornosos cuando se conocieran los detalles de cómo sus agentes, haciéndose pasar por ciudadanos comunes, en apariencia lograron descubrir poco mientras que estuvieron por años bajo la vigilancia del FBI.
El departamento de Justicia en Washington rompió su largo mutismo al anunciar que el canje de espías se había consumado con éxito luego que los dos aviones participantes aterrizaron en Moscú y Londres.
Un supuesto espía ruso requerido en Estados Unidos, quien financió toda la red de espionaje, continuaba prófugo luego de violar su libertad bajo fianza en Chipre. Ni Estados Unidos ni Rusia han dado declaraciones sobre su paradero.
Al inicio del canje, dos aviones provenientes uno del aeropuerto neoyorquino de La Guardia y el otro de Moscú, aterrizaron en Viena con minutos de diferencia. Se estacionaron en un tramo alejado de la pista, intercambiaron espías usando un pequeño autobús y partieron luego. El proceso tomó menos de una hora y media.
Finalizado el intercambio, un avión Yakovlvev Yak-42 del ministerio de Emergencias ruso partió de Viena hacia Moscú con diez agentes deportados de Estados Unidos.
Minutos después, un Boeing 767-200, que llevó a esos agentes desde Nueva York, despegó hacia Londres con cuatro rusos que confesaron espiar para Occidente.
La prensa británica señaló que el avión estadounidense aterrizó en la base aérea de RAF Brize Norton en Oxfordshire, en el sur de Inglaterra, pero no se sabía cuál sería el próximo destino de la aeronave o si tenía planeada otra escala.