La viuda del clavadista Joaquín Capilla, Carmen Savala (Cen.), recibió las condolencias en donde velaron al medallista Olímpico. (El Universal)
México, Df .- Incansable guerrero de las piscinas, Joaquín Capilla, aquel hombre que en sus tiempos de gloria llegó a codearse con mandatarios y artistas de renombre, heredó numerosas enseñanzas a las nuevas generaciones de clavadistas que lo recuerdan como todo un modelo a seguir.
Pese a los altibajos que tuvo, tanto en su vida personal como en lo deportivo, Capilla marcó un antes y un después en la formación de seleccionados, como Jesús Mena y la ex campeona olímpica en halterofilia Soraya Jiménez.
Así lo recuerda Mena: "Hablar de los saltos en México es hablar de Joaquín Capilla, él fue quien nos abrió la puerta. A mí me dio varios buenos consejos y siempre decía que el que ganaba no era el que mejor hacía las ejecuciones, sino quien menos fallara. Fue algo en lo que tuvo toda la razón. Capilla es una figura internacionalmente conocida". Rostros desencajados, miradas ausentes y numerosas coronas luctuosas, incluso de Julio Maglione, titular de la Federación Internacional de Natación (FINA), fueron la constante durante el velorio del medallista. La despedida de Capilla fue el pretexto también para abrir el baúl de los recuerdos, de esos momentos que parecían perdidos y que ahora son como tesoros.
"La verdad fue una gloria del deporte para México y vamos a recordarlo siempre. Fue un gran ser humano, todos sus logros le dieron mucho al país. Quién no lo escuchó alguna vez narrando sus medallas o escuchó algunos de sus interesantes relatos", dijo Jiménez.
Experiencias innumerables dejó en su hija Carolina y en sus hermanos Carlos y Ricardo, quienes crecieron junto con Joaquín en la piscina.
"Mi padre nos inculcó el deporte y fue por eso que comenzamos a practicar clavados. Mi hermano fue un gran atleta y vivió su vida con honor hasta el último de sus días", dijo su hermano Ricardo. Carmen Savala, compañera en los últimos años de Capilla, es ahora la principal preocupación.
El último adiós del hombre que supo reponerse del alcoholismo será la mañana de hoy en el Panteón Español.
Piden no olvidar
El olvido en el que por más de 50 años vivió el ex clavadista Joaquín Capilla, laceró los sentimientos de atletas y dirigentes, quienes ayer levantaron la voz para terminar con las injusticias en el deporte mexicano. Conmovidos hasta las lágrimas tras la muerte del máximo ganador de medallas olímpicas para México, figuras de antaño y directivos de pantalón largo expresaron su indignación por el abandono en el que vivió aquel héroe de la década de los 50s, un hombre de prodigiosa memoria e incansable sonrisa.
"La historia es bastante malagradecida, Joaquín tuvo una vida difícil y por momentos solitaria, debido a la falta de solidaridad de todo el mundo del deporte. Ojalá su historia nos sirva de experiencia para establecer mecanismos que no permitan este tipo de experiencias", sentenció Bernardo de la Garza, titular de Conade. Apenas el año pasado Capilla recibió el Premio Nacional del Deporte, más de medio siglo después de sus proezas en los clavados. Para muchos fue un reconocimiento muy tardío.
De luto
Todos se unen a la pena.
n"El deporte está de luto por perder al más grande del deporte olímpico de México", señaló Bernardo de la Garza.
n "Además de una leyenda fue un gran ser humano, un amigo. Que me considerara su amigo fue un honor para mí", dijo Fernando Platas.
