Foto: REDACCIÓN LA I
Han cantado en Los Pinos, en Washington y en varias ciudades del territorio mexicano. Son los Cardencheros de La Laguna y viven en el poblado Sapioriz, del municipio de Lerdo. Sus cuatro integrantes dicen que esta tradición centenaria está a punto de terminar porque la edad promedio de ellos es de 70 años y no hay sucesores.
Su canto peculiar, a capela y haciendo juego con sus voces, los ha llevado en tres ocasiones a los Estados Unidos y el mes entrante visitarán China porque a representantes de ese país asiático les llamó la atención verlos y escucharlos cantar en el país norteamericano.
Con sus inseparables sombreros, Genaro Chavarría Ponce, de 74 años; Guadalupe Salazar Vázquez, de 64; Antonio Valles Luna, de 75 y Fidel Elizalde García, de 66 años de edad, son los cuatro integrantes de los Cardencheros de La Laguna que tienen unos 20 años cantando en diferentes lugares del territorio nacional y más allá de la frontera.
"La primera ocasión que fuimos a Estados Unidos, lo hicimos gracias al pasado gobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez, quien nos apoyó para los pasaportes y las visas. Hemos recibido reconocimientos también del Congreso Local, del gobernador Ismael Hernández Deras y un reconocimiento y premio del presidente Calderón, de 560 mil pesos para los cuatro.
"Queremos aprovechar la entrevista con El Siglo de Torreón para pedirle al Gobierno del Estado, a quien representamos siempre con orgullo de ser laguneros, de que nos otorguen una pensión, pues ya no podemos trabajar la tierra y sólo nos mantenemos de los premios que nos han dado y en ocasiones lo que recibimos en nuestras presentaciones", dice Antonio Valles Luna, secundado por Fidel.
Los artistas aceptaron para la fotografía, ir a la falda del cerro que enmarca Sapioriz y junto a un cardenche, planta del semidesierto de donde también es originario ese canto, compuesto con primera voz fundamental, la segunda o contralto y la voz de arrastre o baja, que al unirse forman un sonido peculiar, sólo de ellos, pues no hay música que los acompañe. Ahí, al pie del cerro y a un lado de un cardenche de metro y medio de altura, cantaron "Al pie de un árbol". Un vecino de Sapioriz que pasaba en su carro de tracción animal cerca de donde estaba el grupo, se detuvo para deleitarse con la canción y les aplaudió, pues fue un momento único, dijo.
Trío de cuatro
El canto es de tres voces, pero ellos son cuatro en virtud de que cuando la presentación es de más de una hora, se van turnando en el canto y se cambian de voz, ya que es muy cansado para la garganta continuar en la primera.
"La verdad, no sabemos quién compuso las canciones, pues ya las cantaban desde hace como cien años y se han pasado por generaciones. A nosotros nos gustó y aquí estamos continuando la tradición que gracias a ella nos ha llevado a lugares que jamás imaginamos en nuestras vidas", cuenta Guadalupe durante la charla.
El 22 de junio pasado partieron hacia Estados Unidos. "Hasta a Washington fuimos a dar durante su celebración del Día de la Independencia, el cuatro de julio, por una invitación que nos hicieron a través de la Unidad Regional de Culturas Populares, donde nos han apoyado mucho y lo agradecemos de todo corazón", dice Antonio tras mencionar que han visitado Sinaloa, Veracruz, Durango, Torreón, otras partes del país "y si Dios quiere estaremos en China".
Al pie de un árbol, Al pie de un verde maguey, Chaparrita por tu culpa, Jesusita me dio un pañuelo y Por esta calle, son algunas canciones del repertorio de los Cardencheros de La Laguna, quienes han dado a conocer a la Región Lagunera y Durango de una forma artística cultural. "Y lo seguiremos haciendo hasta que Dios lo permita", dice Genaro, quien habla muy poco en la plática.
¿Y la pensión 'apá?
Los cuatro cantantes hacen un llamado al Gobierno del Estado para que los apoye y les otorgue una pensión, que sólo se la han prometido, así como para continuar la tradición con otras personas de cualquier parte de La Laguna.
Dicen que han grabado algunos discos compactos, pero no guardan ni uno porque los han prestado, regalado o vendido y no tuvieron el cuidado de quedarse con al menos uno para ellos.