Inician trabajos. Fotografía oficial de los ministros de Estado de los países miembros de la OEA en Lima, Perú.
La posible reincorporación de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA) se impuso sobre la agenda oficial de la 40 Asamblea General del organismo, que ayer comenzó sus trabajos en Lima, y evidenció las profundas diferencias entre sus miembros.
Fueron varios los países que tomaron la palabra en el plenario de la Asamblea para posicionarse a favor de readmitir a Honduras (como Estados Unidos, El Salvador o Guatemala) o en contra, como Ecuador, y hubo quienes, como Nicaragua, intentaron sin éxito forzar un cambio en la agenda para que hubiera una resolución al respecto.
Finalmente, serán los cancilleres quienes a puerta cerrada estudiarán en un almuerzo una serie de propuestas para propiciar el retorno de Honduras a la OEA e imponer las condiciones que se consideren pertinentes, que pasan principalmente por el regreso al país con plenas garantías del ex presidente Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009.
Fuentes diplomáticas indicaron que el debate entre cancilleres se centrará en la posibilidad de enviar una misión a Tegucigalpa, sobre la que hay varias propuestas, pues aún no está definido el nivel de la misión ni quiénes la conformarían.
Fue en la sesión plenaria con que se abrieron los trabajos de la 40 Asamblea donde se manifestaron las profundas divergencias entre los 33 miembros de la OEA.
La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, fue de las más rotundas: "Es hora en el hemisferio de mirar adelante y dar la bienvenida a la vuelta de Honduras a la comunidad interamericana", toda vez que el Gobierno de Porfirio Lobo "ha demostrado un compromiso fuerte y consistente con el orden constitucional y la gobernabilidad democrática".
En similar línea se expresaron los delegados de El Salvador y de Guatemala, quienes coincidieron en que la exclusión de Honduras de los organismos americanos es un peligro porque alienta posturas antidemocráticas.
Sin embargo, otros países, con Ecuador a la cabeza, mostraron una postura radicalmente contraria: su canciller, Ricardo Patiño, recalcó que no reconocerá al Gobierno de Lobo mientras "se sigan cometiendo violaciones de derechos humanos", Zelaya continúe "perseguido judicialmente" y no se apliquen las sanciones correspondientes a los protagonistas del Golpe de Estado.
Lobo asumió el poder en Honduras en enero pasado, tras ganar los comicios presidenciales de noviembre de 2009, convocados desde antes del Golpe de Estado contra Zelaya, pero que varios Gobiernos consideran que se llevaron a cabo en medio de una ruptura del orden constitucional. Honduras fue suspendida el 4 de julio de 2009 por los cancilleres de la OEA por el Golpe de Estado.