El Gobierno alemán celebró hoy el "histórico" acuerdo de reducción de armas nucleares que sellarán mañana Estados Unidos y Rusia.
"Cuando una potencia nuclear renuncia al desarrollo de nuevas cabezas nucleares y también reduce conceptualmente el uso de las propias armas nucleares, se trata de algo que se puede calificar de histórico", afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.
Para Berlín se trata de un paso "importante y correcto", destacó en rueda de prensa el portavoz del Gobierno Christoph Steegmans.
Según Westerwelle, la nueva estrategia ruso-estadounidense es también una "señal" para los países que persiguen desarrollar sus propias armas atómicas.
Destacó, además, que esa decisión apuntala la postura de Berlín, que reclama que se retiren de sus territorios las cabezas nucleares instaladas en Alemania por EEUU durante la Guerra Fría.
Respecto a las críticas del defensor del soldado en el Parlamento alemán, Reinhold Robbe, quien ha denunciado deficiencias en la formación y el equipamiento de los militares germanos destacados en Afganistán, Westerwelle aseguró que no se descarta un rearme de las tropas.
"Si se vieran carencias en ese aspecto, se puede dar por descontado que se analizarán todas esas cuestiones", apuntó el ministro, quien insistió en que el Gobierno alemán "se esfuerza" al máximo para que los soldados desplazados a Afganistán cuenten con "los mejores equipos".
En los combates con insurgentes talibanes el pasado viernes en el norte de Afganistán murieron tres soldados alemanes y otros ocho resultaron heridos.
Posteriormente, una compañía que acudía para relevar a los compañeros implicados en esos enfrentamientos mató por equivocación a seis soldados afganos.
