Felices. Nueve parejas homosexuales contrajeron matrimonio.
La colorida y alegre multitud fue el testigo de honor. La muchedumbre de gays, lesbianas y travestis gritó "¡Beso, beso!", cuando la primera pareja, la de Tomás y Oliver, de las nueve que ayer se casaron, manifestó en voz alta su voluntad de contraer matrimonio. Ya, en ese instante.
"Tranquilos, recuerden que todavía no hago la declaratoria", dijo la juez séptima del Registro Civil, Violeta Chávez, y apaciguó los ánimos de los cientos de homosexuales que presenciaban la primera boda colectiva oficial entre personas del mismo sexo, en el Hemiciclo a Juárez. Ahí donde siempre terminan las marchas del orgullo gay.
Iban a ser 10 las parejas casadas, pero antes de que iniciara la ceremonia, luego de que ya habían sido fotografiadas por la prensa y cuando ya ocupaban un par de sillas frente al escritorio donde la juez celebraría el acto, dos mujeres con antifaces se fueron, como si nada. Se abrieron paso entre el gentío. Se arrepintieron. Y no dijeron sus nombres.
Pero Tomás Espinosa y Luis Gerardo Oliver Arellano, Javier López y David López ("no somos primos", bromearon), Dustin Moreno y Alejandro Hernández, Pedro Rodríguez y Juan Ruperto Paez (los mayores de 52 y 47 años), José Vicente Camacho y Juan Salvador González, quienes usaron antifaces como Maribel Fátima y Janet Pacheco, "para evitar agresiones"; Coral Villegas y Érika Ramírez, ataviadas con vestidos idénticos de color mamey; María Isabel Garduño y Ana Laura Cortés, con traje de caballero y corbata plateada, y Eva y Silvia, sin apellidos porque no quisieron que fueran públicos, no huyeron.
Todos ellos se besaron por enésima vez en su vida, lloraron y se abrazaron ante las cámaras, cuando al fin, la jueza Violeta Chávez dijo "han quedado unidos en legítimo matrimonio", y después de que unos a otros se colocaron las sortijas en los respectivos dedos de la mano izquierda.