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Censura en Internet

GENARO LOZANO

De Ciudad de México a Beijing pasando por Teherán, Caracas y en Milán, la gente joven está viviendo una vida virtual. Cada vez más a nivel mundial los medios informativos tradicionales -televisión, prensa y radio- han tenido que encontrar maneras de renovarse o morir ante el avance de canales secundarios que están viviendo un boom como medios no tradicionales por los cuales la gente se informa, entre otras muchas cosas más.

En particular las llamadas redes sociales, como Twitter y Facebook, principalmente, se han convertido en una plaza pública virtual, en la que lo mismo quienes dialogan por ahí se informan, se enamoran, se pelean, debaten, organizan marchas, reclaman derechos que recomiendan películas, recetas, libros o hacen un servicio a la comunidad al convertirse en una especie de pizarrón en el que se anuncian ofertas de trabajo o búsqueda de desaparecidos en un temblor.

Como un arma de doble filo es tal el potencial del Internet que causa un temor lo mismo en periodistas que sienten la ansiedad de que se les vaya la nota o en ver la cantidad de talento que hay detrás de un "twitt", que en la industria discográfica que pelea por los derechos de autor de sus músicos, que en los políticos que no estaban acostumbrados a recibir tantos reclamos ciudadanos.

La libertad que hoy tiene Internet no está segura en ningún lado. Precisamente en el mundo, parece haber dos tendencias. Por un lado, la de países como Estados Unidos que precisamente han decidido hacer de la libertad del Internet una columna de su política exterior, y, por el otro, la de países que le tienen tanto miedo a la combinación de información libre-creación de comunidad-ciudadanización que se crea en Internet que han buscado el prohibir, limitar o censurar a como dé lugar su uso, como sucede en China, Corea del Norte, Irán, Cuba y Venezuela.

Sin embargo, dentro de la lista de países libres y democráticos ha habido recientemente un peligroso precedente para la libertad del Internet. En Italia una Corte tomó una polémica decisión al sentenciar a la cárcel en ausencia a tres directivos de Google por "haber permitido" el que se subiera un video a Google Videos en el que un niño autista es maltratado por sus compañeros de escuela en la ciudad de Turín.

La sentencia es polémica porque toca el tema de la libertad de expresión, pero también el de la dignidad de las personas, y el del respeto a los menores de edad y el derecho a la privacidad. De acuerdo con la asociación italiana Vivi Down, Google violó el derecho a la privacidad del estudiante al permitir ese video en su página web, mientras que para el vocero de Google los directivos culpados son inocentes porque ellos no se encargaron de subir ese video y es una cuestión de libertad de expresión.

El tema es interesante y en efecto podría suscitar un debate mundial sobre qué es Google y otros medios parecidos. Si son una herramienta de búsqueda de información al servicio libre y sin filtros de sus usuarios o si debe ser regulado como cualquier otro medio tradicional en sus contenidos.

De igual forma, en el fondo, el debate también se enmarca en una discusión que poco a poco empieza a sonar más fuertemente y es la negociación del Acuerdo Comercial Anti Falsificación, ACTA por sus siglas en inglés, un acuerdo multilateral, en el que México participa, por medio del cual entidades gubernamentales monitorearían todo lo que los usuarios de Internet estamos bajando por Internet y nos sancionarían si es "música pirata" u otros contenidos protegidos por derechos de autor.

Antonio Marvel, un activista del Internet escribió recientemente en El Universal que este acuerdo es un freno al desarrollo que intentaría supervisar en aras de proteger los derechos de autor y combatir la piratería. El problema principal en torno a ACTA es que las negociaciones multilaterales son secretas y dejaron a los consumidores completamente fuera.

Por ello, lo único cierto hoy y aunque parezca una obviedad es que el futuro del Internet como lo conocemos hoy podría no será así en el futuro. Por ello, países como Estados Unidos empiezan a tomar un enfoque de defender la libertad de Internet como un derecho humano, aunque para algunos twitteros tratar el Internet como un derecho humano es un error y por ello hay mejor que tratarlo como un bien público.

En suma, Italia se convirtió en el primer país del mundo democrático en ponerle un bozal a Internet, mientras que un grupo más de países también democráticos intentan limitar la libertad que hoy existe en Internet para los privilegiados ciudadanos que tenemos acceso a él y que no vivimos en los países que lo controlan.

Twitter @genarolozano

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