Llamado de Dios. Los ahora diáconos se comprometieron a servir en el Reino de Dios y convertirse en imagen de Él.
Concurrida de católicos lució la Catedral Basílica Menor de Durango durante la celebración de ordenación de cuatro seminaristas, nombrados diáconos de la Iglesia Diocesana.
La misa fue presidida por el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, quien dio este don a los seminaristas Mauricio Montiel Pizaña, Saúl Zamarripa Zaldívar, Mario Adolfo de Jesús Álvarez Santa Ana y José Juan Solís Páez.
EMOCIONES
Padres, hermanos, amigos y familiares se congregaron en el Sagrario Metropolitano para acompañar a los servidores de Dios.
Fue una celebración emotiva donde los asistentes participaron con emoción y deseosos de que los nuevos diáconos sigan siendo dadores de vida.
Mauricio Montiel, originario del municipio de Mezquital, es hijo de Ángel Montiel y María Isabel Pizaña, y ocupa el lugar sexto de diez hermanos. Es sacristán en la Parroquia de San José Obrero.
Saúl Zamarripa Zaldívar, del municipio de Peñón Blanco, es el mayor de cinco hermanos, sus padres son José Aniceto Zamarripa y Antonia Zaldívar Delgado. Se encuentra en la Pastoral Vocacional en la Diócesis.
Mario Adolfo de Jesús Álvarez Santa Ana, de Durango, es el penúltimo de cinco hermanos, sus padres son Emiliano Álvarez Piedra y Guillermina Santa Ana de Álvarez. Es auxiliar en Pastoral Vocacional.
José Juan Solís Páez, de Durango, es el mayor de cuatro hermanos, sus padres Jesús Solís Flores y María Teresa Páez Hernández. Actualmente se encuentra en Villa Hidalgo, Durango.