Chinchilla. La mandataria costarricense resaltó el carácter pacífico de su país. EFE
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, pidió "con respeto", pero "con vehemencia" a Iberoamérica "no cerrar los ojos" ante el conflicto de límites que vive su país con Nicaragua.
"La comunidad iberoamericana debe contribuir a restablecer la paz quebrantada y restablecer los principios de una convivencia civilizada", afirmó Chinchilla en la sesión plenaria de la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebra en Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Además, Chinchilla pidió a los líderes iberoamericanos no "confundir a la opinión pública" con la "indiferencia o inacción" frente a este tema, y que cumpla con los principios que fundamentan las cumbres, como la paz y la democracia.
El pasado 18 de octubre, una draga en el río San Juan iniciada por los nicaragüenses provocó las protestas de Costa Rica por los efectos medioambientales, y ello derivó en el envío de 70 policías fuertemente armados a la zona, lo que fue replicado con Nicaragua con el envío de un contingente militar que según Costa Rica está invadiendo la Isla Calero, de su soberanía.
En su intervención, Chinchilla recordó que su país es uno de los principales valedores de la paz en Latinoamérica, al haber eliminado sus Fuerzas Armadas hace sesenta años.
También remarcó la importancia que ha dado Costa Rica históricamente a la educación, el lema central de esta cumbre iberoamericana, y a los valores que se deben transmitir a través de la enseñanza, como el patriotismo, la paz y la democracia.
Actualmente, la nación centroamericana destina un 7% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la educación y ha llegado a ser "una de las democracias más solidas y estables" de la región.