Chocolate. Es una bebida milenaria presente en el inicio de la lucha de Independencia de México
Un espumante, dulce y reconfortante chocolate -como los que disfrutaba Moctezuma, señor de los mexicas, en recipientes de oro-, era precisamente lo que bebía el cura Miguel Hidalgo cuando decidió adelantar la lucha de Independencia.
Registros históricos aseguran que antes de salir al atrio de la Parroquia de San Dolores, en Guanajuato, para alentar al pueblo a tomar las armas, Hidalgo con toda la calma se tomó una taza de chocolate preparado con agua.
"Todo comenzó cuando se decidió adelantar la guerra, que se había acordado el 2 de octubre de 1810.
"Sin embargo, el 11 de septiembre el ejército español realizó una redada en Querétaro, donde Ignacio Allende logró escapar", escribe Jaime Rodríguez Ordoñez en su libro La independencia de la América española.
Así, la madrugada del 16 de septiembre Allende y Juan Aldama llegaron con Hidalgo, quien les compartió una taza de su chocolate mientras le narraban lo sucedido y, pensativo, sorbía poco a poco su bebida.
"Sí, lo he pensado bien, y veo que estamos perdidos, que no queda más recurso que ir a coger gachupines", fueron las palabras de Hidalgo antes de dar el Grito de Independencia.
Entonces, el cura llamó a la gente del pueblo para la misa de las 5 de la mañana y pronunció las palabras con las que empezó formalmente la lucha independentista: "¡Viva la religión. Viva nuestra madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América, y Muera el mal gobierno".
Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, Hidalgo fue reconocido como primer insurgente y Padre de la Patria.
