Máxima seguridad. Los presos de Guantanamo eran encadenados de manos y pies. EFE
Cuatro de los prisioneros más importantes sospechosos de terrorismo fueron trasladados secretamente al reclusorio naval de Guantánamo en 2003, años antes de lo que informó el Gobierno, y luego se los trasladó nuevamente a prisiones secretas extranjeras antes que el Tribunal Supremo les permitiera asesoría legal.
La transferencia permitió a Estados Unidos interrogar a los detenidos en "lugares encubiertos'' de la CIA durante dos años más sin que hablaran con sus abogados, observadores de los derechos humanos o recurrieran ante los tribunales estadounidenses. De haber continuado en Guantánamo tres meses más, habrían disfrutado de estos derechos. ''Era un juego de apariencias para ocultar a los detenidos de los tribunales'', dijo el profesor de derecho de la Universidad de Seton Hall Jonathan Hafetz, que representó a los detenidos.
Su retirada de Guantánamo ilustra el temor que tenía el Gobierno del presidente George W. Bush a que la Corte Suprema derogara el secreto del programa de detenciones. demostró además la insistencia del Gobierno de Bush en que los terroristas fueran detenidos fuera del sistema judicial estadounidense.
Años después, el programa sigue complicando las intenciones de su sucesor Barack Obama de enjuiciar a los terroristas más allá de los ataques del 22 de septiembre de 2001. La llegada y rápida partida de Guantánamo fueron investigadas mediante los manifiestos de vuelo y entrevistas con presentes y ex funcionarios estadounidenses y otras personas familiarizadas con el programa de detenciones de la CIA. Todas ellas hablaron a condición de guardar el anonimato.