Cinco estados con arte prehispánico en nuestro país
Estados como Sinaloa, Nuevo León, Coahuila, Sonora e Hidalgo ofrecen petroglifos que nos pueden contar algunas historias de nuestros antepasados.
1. SINALOA LAS LABRADAS
Sobre la playa de un pequeño puerto llamado Barras de Piaxtla, encontramos este conjunto de petroglifos de origen tolteca, con más de mil 500 años de historia. Se encuentran a la orilla del mar y pueden ser observados sin mayor problema. La leyenda dice que estas escrituras, eran una importante forma de comunicación con los dioses, y se realizaban para pedir la llegada de la lluvia, buena cosecha o abundante cacería.
2. NUEVO LEÓN BOCA DE POTRERILLOS
En el municipio de Mina, en medio del desierto, pueden verse entre 8 mil y 10 mil grabados. Fueron realizados en distintas épocas, aunque los más antiguos tienen más de 8 mil años. La mayoría de los diseños representan el culto a la lluvia, al sol y a las estrellas, así como chamanes, artefactos, plantas y animales relacionados con rituales, cacería y fertilidad.
3. COAHUILA RAMOS ARIZPE
Las figuras están distribuidas por la sierra La Pinta. Saber el significado de cada símbolo resulta difícil, pues triángulos y rectángulos, espirales y líneas que se cruzan entre sí, dificultan su descripción. Aquí se dice que indígenas de Texas y Nuevo México también dejaron inscritos sus pensamientos. Coahuila es también un territorio rico en arte rupestre. Encontramos pinturas en Francisco I. Madero, San Pedro y Sierra Mojada.
4. SONORA CABORCA
La zona arqueológica donde se encuentran las piedras se llama La Proveedora, a 10 kilómetros de la ciudad. Esta galería rocosa tiene incrustadas conchas de mar, pero resaltan las figuras de mujeres embarazadas, envueltas en espirales que, según algunos arqueólogos, representan las olas del mar. También hay animales y rituales. La cultura responsable fue Las Trincheras, grupo que habitó la región entre los años 200 a 1450 d.C.
5. HIDALGO XIHUINGO
Aunque pareciera imposible, en este poblado existió una pequeña ciudad teotihuacana, que por los petroglifos deja ver que estuvo amurallada. En este centro arqueológico y sobre el cerro que rodea la zona se encuentran más de 200 grabados. Se pueden apreciar intercambios comerciales, rituales, caza e incluso un calendario regido por los astros que marcaban el inicio del periodo de siembra y el de cosecha.