Parece que la verdadera fortaleza, el poder más impresionante de Ironman /Tony Stark, es el de sustraerse de los vaivenes económicos de los Estados Unidos. Impresiona que la investigación y desarrollo de productos, la mansión, colecciones y ferias que organiza el empresario puedan mantenerse pese a las crisis. Sobre todo, porque se trata de un fabricante de armas que a últimas fechas se niega a venderle al que se antoja como el mejor cliente del mundo: el ejército gringo. ¿Cuál es la razón imaginaria de su éxito ficticio? Creo que se debe, es que Stark no vive en el mundo real. Ni siquiera en el mundo fantástico de los superhéroes cinematográficos. No. Stark vive en el mundo de la sinergia.
Al menos eso es lo que pretende la corporación Marvel: que sus franquicias menos conocidas se promuevan unas a otras, con miras a convertirse en el próximo Hombre Araña, y ganar así su independencia. Mientras tanto, Ironman tendrá que compartir pantalla con War Machine, Nick Fury, Hulk, el Capitán América, Thor y la Viuda Negra. Marvel y los fans dirán que no. Que las apariciones y referencias corresponden a una cronología rigurosa, que rige un universo complejo y fascinante. Es posible que así sea para algunos. Para mí, sólo significan distractores, ganchos comerciales, y forzadas y someras consultas aclaratorias a la Wikipedia.
Iron Man 1 me gustó bastante. Iron Man 2 podría haberme gustado mucho más sin la sinergia, que provoca una innecesaria sobrepoblación de héroes. Quede conforme, eso sí, con los dos villanos, que se complementan y son interpretados por dos actores sensacionales. Tanto Mickey Rourke como Sam Rockwell merecían mucho más desarrollo y tiempo en pantalla. La historia de Iron Man sigue un desarrollo similar al de la primera: Stark, un cínico y ególatra potentado (ahora fuera del closet de la doble personalidad y autodeclarado protector de Estados Unidos) es amenazado por un peligro inesperado, recibe una intensa lección de humildad, reconsidera su actitud y retoma su papel de defensor justiciero.
Con todo y héroes menores entrometidos, la película resulta muy divertida; y sus primeras secuencias de acción, realmente impresionantes. A los más pequeños habrá que advertirles que entre guamazos hay largos trechos de rollo, pero que contribuyen a hacer mejor la primera mitad de la cinta. Stark es un personaje complejo, interpretado por un actor más complejo aún, y ninguno de los dos necesita ayuda para ser interesante. Peter Parker no la requirió. Es absurdo imaginar al nuevo Batman, pidiéndole una mano a Linterna Verde o a Aquaman. Déjele las sinergias a las empresas desesperadas, señor Stan Lee. No está creando relaciones simbióticas, sino parásitas. Dada su notable adaptación a la taquilla, Iron Man debiera ser un organismo independiente exitoso en el floreciente ecosistema de Marvel.
Clasificación:
Mínimo:
Máximo:
