Espectáculos Miss Universo 2025 Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

CINECRÍTICA

CELDA 211: ESCAPE DE LA CÁRCEL HOLLYWOODENSE

MAX RIVERA 2

Nuestra región no es ajena a los dramas carcelarios. Por el contrario, hemos tenido de todo: desde motines hasta inauditos casos de internos usados como gatilleros ambulantes...

Si añadimos los casos del resto del país, tendremos fugas imposibles y comandos que practican fusilamientos sin esperar a que entre en vigor la iniciativa del Partido Verde. Se diría que en México no falta nada por ver, salvo un muy buen drama carcelario en el cine.

Y este llega desde España. Luego de arrasar con cuanto premio Goya había disponible, llega a La Laguna Celda 211.

Se trata de un thriller de ritmo trepidante, que rara vez da un malpaso en su agobiante determinación de ir subiendo la apuesta más y más.

Nos introduce rápidamente en el problema: un celador novato recibe, aún sin uniforme, su primer tour por la cárcel, cuando se desata un motín. Tras quedar atrapado en el penal, decide que hacerse pasar por interno aumenta sus probabilidades de sobrevivir. En adelante su situación se torna cada vez más peligrosa mientras divide su atención entre ganarse la confianza del líder de la revuelta, comunicarse con sus colegas en el exterior y preocuparse por su esposa en avanzado estado de embarazo.

Es de notar que para tratarse del personaje principal, la personalidad del joven actor Alberto Ammann no destaca mayormente, en buena medida por que lo eclipsa Luis Tosar, en el deslumbrante papel de “Malamadre”, cabecilla de los reos. También cabe advertir que, aunque juega con todas las reglas del thriller, Celda 211 es un drama, una tragedia incluso.

El director Daniel Monzón nos conduce por un torbellino de emociones, muchas propias de las cintas de asaltos o escapes, cuando deseamos que los quebrantadores de la ley se salgan con la suya, para de pronto y sin aviso calarnos duchas heladas como recordatorio de que no estamos en Hollywood.

Celda 211 despierta en el espectador, aunque no lo quiera, esa especie de síndrome de Estocolmo momentáneo, que nos hace simpatizar con quien nos tiene amenazados. Aunque sabemos que la mayoría de los presos de esas cárceles de máxima seguridad merece la pena impuesta, reaccionamos instintivamente a la antinatural situación del encierro.

La cinta juega bien con este reflejo primitivo: reconocer la libertad no como nuestro mayor regalo, sino como nuestro primer derecho.

Si el sistema penal español, que aspira a primermundista, da para estos entuertos, nada puede extrañarnos de lo que ocurre aquí.

Con Celda 211 recordamos lo peligroso que resultan, allá adentro de las prisiones, los individuos con nada que perder.

Los dramas carcelarios nacionales debieran advertirnos del peligro, acá afuera, de generaciones enteras de jóvenes que no tienen nada que ganar.

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 557918

elsiglo.mx