Lectura. En India, los libros sobre el dictador se venden bien.
Cuando se supo este mes que Bollywood planeaba hacer una película llamada Querido Amigo Hitler, el guionista Nalin Singh se sorprendió de que causase controversia.
La prensa expresó desdén, grupos judíos se horrorizaron y su principal actor, al parecer confundido por la reacción, renunció.
Aunque una respuesta así parecería comedida en gran parte del mundo, Singh tenía una razón para pensar que su película no iba a generar ni siquiera indicios de escándalo en India.
En este país, Hitler no es visto como la personificación de mal, sino con una actitud de fascinación moralmente ambigua. Estudiantes de economía lo ven como una especie de gurú administrativo -como Maquiavelo o Sun Tzu- en tanto muchas personas que anhelan el orden en medio del caos reinante en la India sienten admiración por él.
"Los indios tienen curiosidad acerca de Hitler. El público occidental ha visto muchas películas sobre Hitler, pero no había ninguna película en hindi sobre él", dice Singh, al explicar el tema de su primera película, que espera filmar para finales del año.
India, que no tuvo un papel importante en la II Guerra Mundial, no tiene los intensos sentimientos hacia los nazis que existen en otros muchos países.