Durango carecía de leyes actualizadas en materia de cultura, de junio de 2009 a mayo de 2010 se expidieron un conjunto de normas que si bien no descentralizan la actividad cultural ni ayudan al reparto equitativo de los recursos para los municipios; si dan un marco jurídico importante.
Leyes como la de Cultura, de Fomento a la Actividad Artesanal, la que crea al Festival Cultural Revueltas; y las reformas a la Ley del Patrimonio Cultural; esta última faculta al Ejecutivo Estatal para declarar "sitios históricos a los lugares o localidades donde ocurrieron hechos o acontecimientos con reconocimiento histórico o significado popular..."
La Laguna de Durango cuenta con varios lugares que por mucho merecen una declaratoria de esta naturaleza, por hoy menciono solamente dos: El Cerro de la Pila en Gómez Palacio, ahí se libró una de las batallas de mayor importancia estratégica de la revolución en la antesala de lo que fuera una de las tomas de Torreón y posteriormente la de Zacatecas. Como recuerdo, hoy en la cima se encuentra una monumental escultura de Francisco Villa.
Otro sitio es la Hacienda de La Loma, que pertenece al municipio de Lerdo. Allí unieron sus fuerzas varios caudillos revolucionarios y constituyeron la División del Norte, bajo el mando único del General Villa; así se formó el ejército popular revolucionario más fuerte de su tiempo.
Las declaratorias de sitios históricos dignifican estos espacios, mantienen vivos los recuerdos de los hechos que se evocan y con ello fortalecen la identidad regional.
Indudablemente deben estar acompañadas por inversiones que permitan rescatarlos y preservarlos; proyectos a largo plazo, por etapas, en los que intervengan los tres niveles de gobierno, que los convierta en sitios de interés turístico, pero fundamentalmente de orgullo para los laguneros y duranguenses.