Él ha estado activamente presente en numerosos hechos relevantes de la historia de la ciudad. No sólo ha sido testigo sino también artífice de ellos, nunca solo, siempre en equipo y además plural.
Trabajó 40 años para la Secretaría de Turismo, desde los auxiliadores "Ángeles Verdes" hasta puestos directivos. Fue presidente de la Cámara Junior de Gómez Palacio, decano del comité organizador de las regatas en nuestro Padre Nazas desde 1960, y colaborador hasta la fecha, además autor del lema del centenario de Gómez Palacio.
Coordinador y promotor de tareas culturales en el Ayuntamiento 1983-1986, impulsor del primer símbolo gráfico de la ciudad que en forma inexplicable no fue adoptado oficialmente, colaboró en la reconstrucción del Teatro Alberto M. Alvarado después de su incendio, y en la construcción del Centro de Convenciones Francisco Zarco.
Fundador y pilar actualmente de la organización ciudadana "Unidos por Gómez Palacio".
Un personaje con mucho humor, en innumerables reuniones que he tenido con él, habla poco, piensa lo que dice: con sólo dos o tres frases concisas, contundentes, marca la pauta.
Manolo es comprometido con la verdad y con la historia, no es inocente, tampoco un rebelde, ha sabido sortear las vicisitudes de ser funcionario y ciudadano comprometido, buscando las coyunturas que hagan posible transformaciones, les encuentra el lado positivo a los gobernantes, digo yo: ¿Cómo le hace?
Sabe por experiencia propia quiénes son agentes nocivos para la ciudad, los ha tolerado y hasta les ha dado un espacio.
Es leal, pero con sus principios, pone límites, los primeros son: honestidad y dignidad, aunque pague el precio de perder relaciones que conservó durante muchos años.
Conocedor de la historia, particularmente de La Laguna, por eso impulsó las ediciones de libros importantes de los respetabilísimos: doctor Chapa y el decano de los escritores del Estado, el doctor González.
La estafeta que deja Manolo es un gran compromiso, no sólo por la Institución que por sí pesa, sino por una conducta ejemplar, desconozco los méritos en materia de cultura de la nueva directora, sólo le recomiendo seguir los pasos de su antecesor y si le es posible, superarlo.
Y a Don Manolo espero no darle motivos de perder su amistad.
