La rivalidad entre las porras de ambos conjuntos norteños ha crecido al punto que cada que sus equipos se enfrentan, se montan operativos especiales para mantener el orden en el Estadio Corona; la pasión se desborda en lo que unos ya consideran un clásico regional. (Fotografías de Eduardo Sepúlveda)
Rivalidad histórica, clubes de peso, pasión desbordada y ante todo un buen futbol. Los ingredientes para un clásico de verdad, de ésos que todo mundo quiere ver y qué mejor que encontrarlos en una final.
Porque aunque muchos no lo quieran aceptar, el juego entre Santos y Rayados es ya un clásico regional en México, precisamente partiendo de esa rivalidad histórica que Torreón y Monterrey no pueden obviar.
Que si es más bonita la "Sultana del Norte" que la "Perla de La Laguna". Que si hay más dinero allá que acá. Que si hay mejores espectáculos en una u otra ciudad. En fin, hasta parece que en inseguridad no se quieren quedar atrás. Simple orgullo regional, el chiste es que laguneros y regios nunca se han caído bien.
El segundo ingrediente tampoco es un secreto. Tanto Santos Laguna como Rayados de Monterrey cuentan con directivas comprometidas con el buen futbol, al punto que ambos equipos han sido protagonistas de las finales en las últimas temporadas.
Mientras que los Guerreros han calificado a 19 liguillas, llegando a 6 finales y obteniendo 3 títulos; los Rayados han tenido 11 liguillas, disputando 5 finales y obteniendo el mismo número de trofeos.
¿Todavía hay duda de que Santos o Monterrey son equipos pequeños? Ya quisieran esos números los llamados equipos grandes como América o Chivas, precisamente los protagonistas del famoso clásico mexicano. El primero no obtiene un título desde el 2002 y el segundo desde el 2006, aunque desde hace tiempo no enseñan el futbol que tanto gustaba a su afición.
Para ser un clásico tiene que vivirse con pasión y La Adicción en el Tec, la Tribu o la Komún en el Corona, viven cada encuentro como si fuera una auténtica lucha por el campeonato. Con entrega, sin importar hasta dónde haya que ir, los hinchas de Rayados y Guerreros están ahí para morirse en la raya junto a su respectivo equipo.
Y la rivalidad entre ambas porras es ya un clásico, pues es tanto el orgullo que muchos encuentros han terminado en pleito. El último, escenificado en el Territorio Santos Modelo, dio la victoria a Monterrey por 2 goles a 1, resultado que a más de uno dolió en serio, aunque sin mayores reportes de violencia.
Y es que para evitar desmanes, desde hace varios torneos las autoridades locales han implementado un operativo en la entrada de Torreón, desde donde se impide el paso a aficionados que no tengan boleto para el estadio, o a aquellos que tengan en su poder cualquier instrumento con el que puedan ocasionar daño.
Así que con rivalidad, clubes de renombre y pasión, ya sólo falta el buen futbol, algo que si se proponen, consiguen Santos y Monterrey.
Los Guerreros son conocidos por su peligrosa ofensiva, encabezada por el líder de goleo Christian Benítez y bien complementada por Darwin Quintero, Rodrigo "Pony" Ruiz y Oribe Peralta, ahora lesionado pero que aportó mucho para que Santos esté en la final.
Los Rayados no se quedan atrás. Humberto Suazo y Aldo de Nigris son el dolor de cabeza de cualquiera, seguidos muy de cerca por Walter Ayobí. Por algo fueron considerados el mejor club mexicano del año por la Federación Internacional de Futbol de Estadística e Historia (IFFHS), apenas en noviembre pasado.
La mesa está puesta con los ingredientes básicos para un clásico, negado por muchos pero que a final de cuentas revelará no sólo al líder del torneo, sino también al líder del norte. Porque la Final está en el norte, pero ¿el campeón en Monterrey o en Torreón?