A menos de nueve meses que un comando asesinó a 16 adolescentes que departían en una fiesta, la noche del viernes, una treintena de personas fue alcanzada por las balas en un hecho similar: 13 murieron en el lugar y 16 quedaron heridos.
Sin embargo, uno de los heridos reportados como graves falleció horas más tarde; hasta las 21:30 horas de ayer sábado, siete permanecían en constante observación y el resto se reportaba estable.
Los disparos indiscriminados ocurrieron en dos viviendas de la colonia Horizontes del Sur, un populoso sector de Ciudad Juárez. Esta nueva masacre acaparó la atención que en enero pasado concentró Villas de Salvárcar.
Pese a que el evento de principios de año originó una inédita presión social en la frontera que obligó el fin de la estrategia armada para combatir a la delincuencia y dio lugar al plan "Todos Somos Juárez" -un ambicioso programa federal de rescate urbano y de corte social-, la historia se repitió.
La noche corría de forma normal, decenas de adolescentes se congregaron en las viviendas 2063 y 2069 de las calles Arquitectos y Félix Candela para festejar un cumpleaños.
El convivio fue interrumpido súbitamente por un hombre de apenas unos 20 años que llegó hasta el centro de la concurrencia, a gritos preguntó por el propietario de un automóvil que permanecía estacionado en el exterior.
Aparentemente nadie le contestó, y preguntó por segunda ocasión. Al no obtener respuesta, perdió la paciencia. De sus ropas sacó una pistola y comenzó a disparar a diestra y siniestra.
El lugar se volvió un caos; algunos intentaron correr, pero no pudieron dar siquiera unos pasos cuando otros tres o cuatro tiradores se apostaron en el sitio y abrieron fuego indiscriminado hasta que la mayoría de los parroquianos quedó cubierta de sangre.
"Mi hija me pidió permiso para asistir a la fiesta y yo le dije que no. Le doy gracias a Dios porque si no, ahorita no sé qué estaría pasando", dijo un padre de familia a El Diario de Juárez.
Entre los adultos muertos se encuentra Martina Arteaga Cereceres, de 30 años de edad y madre del festejado, quien deja seis hijos en la orfandad.
El gobernador César Duarte reconoció que la violencia en los domicilios es un fenómeno recurrente en la frontera. A dos semanas de tomar el cargo, se comprometió a llegar hasta las últimas consecuencias para resolver el crimen.
"Desgraciadamente podemos observar que la mayor parte de los asesinatos violentos que ocurren en Ciudad Juárez ya no se da en las calles, se dan en las casas. Este es un fenómeno que nos lleva a que el esfuerzo que se había logrado con cámaras de seguridad ya no tenga la eficacia, porque el fenómeno se ha trasladado a los hogares".
El presidente Felipe Calderón Hinojosa condenó lo ocurrido con "tristeza y profunda indignación" y a través de la Secretaría de Gobernación (Segob) extendió sus condolencias a familiares y amigos de las víctimas.
La dependencia recalcó que la Procuraduría General de la República recibió la instrucción de coadyuvar en las diligencias e investigaciones con la Procuraduría General de Justicia de Chihuahua, a fin de esclarecer los hechos.
Gobernación anunció que trabajará con la Procuraduría de Justicia de Chihuahua, aunque esa institución dejó de existir legalmente desde el 3 de octubre según aprobó el Congreso local. El Gobierno Federal adelantó que atenderá médica, psicológica y jurídicamente a familiares de las víctimas y heridos.