Poder. Egidio Torre Cantú será el gobernador de Tamaulipas.
Las 12 nuevas administraciones estatales elegidas en 2010 heredan deudas exorbitantes que entorpecen sus proyectos de crecimiento y desarrollo.
Lo mismo sucedió el año pasado con los gobiernos de los seis estados que llevaron a cabo sus procesos sucesorios: recibieron tesorerías "quebradas" y hoy tienen las deudas más elevadas del país.
Las deudas públicas de las 18 entidades que realizaron elecciones para Gobernador en 2009 y 2010 crecieron en un 203 por ciento en un sexenio, sin considerar los compromisos de pago de los llamados Proyectos de Prestación de Servicios realizados por los gobiernos salientes.
A excepción de Tlaxcala, que tiene una deuda cero, el resto de las haciendas estatales enfrenta escenarios financieros críticos.
Según el reporte de Obligaciones Financieras de las Entidades Federativas y Municipios de la Secretaría de Hacienda, las administraciones estatales y municipales de esos estados se endeudaron a niveles que en algunos casos han puesto en riesgo la viabilidad de las finanzas estatales.
Con la deuda más alta de estas entidades, Nuevo León vio crecer la deuda estatal y de los municipios en un 222 por ciento.
En Chihuahua, durante el sexenio de José Reyes Baeza, la deuda estatal y municipal aumentó en 869 por ciento.
En Tamaulipas, el próximo 31 de diciembre Eugenio Hernández entregará la gubernatura a Egidio Torre Cantú... y una deuda que creció 580 por ciento en seis años.
Eduardo Bours dejó el año pasado en Sonora una deuda asfixiante, la sexta más elevada a nivel nacional: los pasivos pasaron de 5 mil 460 millones de pesos en 2003 a 11 mil 258 millones de pesos en 2009, 106 por ciento más.
Antonio Castillo, titular de la Unidad de Inversiones en la Secretaría de Hacienda, explicó que la administración de Bours contrató una deuda por 4 mil 588 millones de pesos como parte del Plan Sonora Proyecta, para construir unas 150 obras en todo el Estado.
Veracruz, que este año llevó a cabo su proceso de relevo en el Gobierno Estatal, tiene una deuda de 9 mil 289 millones de pesos, muy superior a la que recibió Fidel Herrera en 2004, cuando era de 3 mil 59 millones.
El ex gobernador priista de Oaxaca, Ulises Ruiz, asumió la gubernatura con una deuda de 553 millones de pesos en 2004 y, seis años después, heredó una administración con obligaciones financieras por 4 mil 404 millones de pesos.
Es decir, Gabino Cué recibió un gobierno 697 por ciento más endeudado.
La administración del poblano Mario Marín también dejará en febrero las finanzas estatales en crisis.
Durante su mandato, los pasivos de Puebla crecieron un 192 por ciento y alcanzaron los 8 mil 915 millones de pesos.
