Una de las etapas más divertidas y a la vez estresantes para un padre es la etapa de los ¿Porqués?
A partir de los 3 años el niño con frecuencia suele hacer preguntas sobre cualquier cosa que se le ocurra.
La pequeña Astrid, ha preferido cambiar el porqué, por la frase ¿Y qué es esto? como ella, muchos niños a su manera suelen explorar el mundo con estas sencillas preguntas.
Elizabeth Juárez, psicóloga, explica que el niño manifiesta su curiosidad por el mundo que está descubriendo.
"Es normal que de los 3 años a los 4 los niños formulen a sus padres preguntas sobre todo. Quieren encontrarle alguna explicación al mundo que están explorando", dijo. Otra de las causas dijo es porque los niños quieren apropiarse del lenguaje, saber cómo se llama cada cosa.
"A veces imitan las frases, el sonido y lo que dice papá o mamá en su contestación".
La manera en la que el padre puede contribuir a satisfacer esa curiosidad y hambre de conocer el mundo y el lenguaje es con paciencia y contestando a todas sus preguntas con naturalidad.
"No es conveniente que les demos explicaciones científicas, sino que adoptemos un lenguaje sencillo con respecto a su edad para que comprenda el mensaje", dijo.
La especialista indicó que también en algunas preguntas el niño puede manifestar algún deseo, o temor.
"Si el niño con frecuencia pregunta por qué se murió el gato, o algún ser querido, quizá lo que quiere saber o preguntar es si los papás, que son los que le interesan, también van a morir o bien sienten tristeza por la partida de la persona o el ser por el que preguntan", dijo.
Ante esto la psicóloga recomendó a los padres brindar apoyo y cariño a su niño, pasar tiempo de calidad que lo ayude a recuperar su tranquilidad.
Lo que nunca debe hacer un padre, enfatizó, es ridiculizarlo ante cualquier cuestionamiento para no dañar su autoestima.
Nuestra Realidad
Algunos consejos
Lo que se debe hacer en la etapa de los ¿porqués?
⇒ Tener paciencia y prestar atención al niño.
⇒ Contestar de una manera sencialla los cuestionamientos.
⇒ Jamás ridiculizar o burlarse del pequeño ante cualquier pregunta.
⇒ Nunca contestar enojado o de mala gana, pues es una forma de fomentar la comunicación padres e hijo.
