Cómo superar el primer día de clases
Sus ojos te miran entristecidos, llenos de lágrimas… sientes que te dicen: No me abandones… y el sentimiento de culpa se apodera de ti. Al ver que no cedes en tu decisión, el llanto emerge junto con un grito de súplica. La maestra lo toma de la mano, lo trata de convencer y se alejan al interior del Instituto, al que será su salón de clases… en el rito de resistencia se lanzan una última mirada mientras la puerta de la escuela se cierra ante ti.
Esta escena se puede ver en todas las instituciones escolares, durante todos los años. Antes se presentaba con mayor frecuencia al ingresar a primaria, pero ahora es un cuadro típico de un niño de primer o segundo grado de preescolar.
Llanto, gritos, forcejeo… de acuerdo a lo que comenta la licenciada en Psicología Paola Niembro, la situación se complica de acuerdo a la edad del niño. “No es lo mismo dejar a un bebé de 45 días en una guardería a dejar a un niño de 3 años en el preescolar. Entre más pequeño es el niño será un proceso más fácil para él, sin embargo esto no aplica para los padres”.
Explica que a partir de los 8 meses de edad el proceso de separación se torna más difícil para el niño que ingresa a una guardería. “A esa edad los bebés ya conocen bien a las personas que los rodean, notan la diferencia y sienten angustia al no estar cerca de ellas”.
Por lo general en las guarderías hay un periodo de adaptación de 3 días, en los cuales les permiten a las madres permanecer un tiempo con sus hijos para que se vayan acostumbrando.
“Esta etapa es más difícil de superar por los padres de familia por el sentimiento de culpa, mismo que puede controlarse al hacer consciente la necesidad de dejar al niño en este lugar para su cuidado”.
Pasado este tiempo, si el bebé no ha logrado adaptarse, se debe hacer una valoración de la situación familiar, pues muchas veces la angustia y preocupación de los padres hace más difícil que los niños se acostumbren a la guardería. “Aún cuando el bebé tenga 45 días, se le debe explicar lo que va a suceder, que se va a quedar en ese lugar durante determinado tiempo, a cargo de otras personas que lo van a tratar bien. Es importante transmitirles confianza”.
Doloroso Preescolar
En el Kinder los niños ingresan a la edad de 2 años y medio, ó 3 años. Para los que han estado en guardería, el momento de dejar la casa para ir a preescolar resulta familiar. “Son más sociales y se adaptan más fácilmente. Quienes han estado con la mamá o con algún familiar son los que regularmente presentan problemas para adaptarse a esta etapa”.
La comunicación con los hijos toma una dimensión más relevante en este nivel, pues los niños ya comprenden mejor la situación por la que están pasando. “Se les debe explicar el motivo de la separación, el beneficio que van a obtener y destacar los puntos positivos de su etapa preescolar”.
El departamento de psicología en las instituciones resulta de gran ayuda para que el niño pueda superar este sentimiento de abandono. La adaptación pronto llegará, todo es cuestión de paciencia.
Cambio de escuela
En el caso de que el primer día de clases se deba superar como alumno nuevo en otra institución, la situación cambia, pues la costumbre de la escuela, la compañía de los amigos y el método de enseñanza influyen para que el menor se resista a este cambio. “Hay que hablar con el niño y destacar lo positivo de la nueva institución, explicarle el motivo del cambio y crear conciencia en él de que se trata de una etapa nueva de adaptación”.
Los padres deben seguir tomando la mano de sus hijos para guiarlos, aún cuando físicamente no estén juntos. Es relevante comprender que estas separaciones redundan en beneficio para ambas partes, confiar en que así será y esa confianza transmitirla a los hijos.