Los cambios provocaron que ninguno de los competidores superara los 144 kph, cuando previamente casi todos iban a 152 rutinariamente. (EFE)
AP
Alguien tenía que ser primero y el turno fue para el estadounidense Tony Benshoof.
Mirando de frente al laberinto que cobró la vida de uno de sus rivales un día antes, Benshoof respiró hondo, aseguró su visor y comenzó su entrenamiento de luge sin saber qué esperar. Llegó a la meta, más lento pero más seguro. Eso era lo importante. La pista olímpica, ligeramente modificada para reducir su velocidad fue reabierta el sábado, menos de 24 horas después de que el atleta de la república de Georgia, Nodar Kumaritashvili, perdió la vida en un horrendo accidente que difícilmente será olvidado por cualquiera que haya visto lo que ocurrió en la montaña Blackcomb, incluso por televisión. Para Ben-shoof, no había tiempo para el luto. "Desafortunadamente fue una tragedia terrible", dijo Benshoof, que ha participado en tres olimpiadas y compitió con tres discos herniados y un pie dolorido por un golpes con la pared de la pista. "Pero al final del día tenemos una competencia que realizar y traté de sacar todo de mi cabeza".
Algo que fue casi imposible.
Los recordatorios de la muerte de Kumaritashvili estaban por doquier, desde la reconfigurada curva hasta en las cintas negras que algunos competidores pusieron en sus cascos. Algunas flores también fueron colocadas cerca de la curva 16, donde Kumaritashvili murió.
"Sigue fresco en nuestros corazones", dijo Shiva Keshavan de la India. "No podemos competir con el mismo gusto". Al ajustar la salida, los hombres no podrán llegar a las velocidades máximas que alcanzaron las 95 millas por hora esta semana. Un poco más tarde se dio a conocer que la salida de mujeres y de los dobles será un poco más abajo, entre la quinta y sexta curva.