"La habilidad de aprender más rápido que tus competidores puede ser la única ventaja competitiva
Sostenible."
Arie de Geus
El Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, que coordina el economista Xavier Sala i Martin, nacido en Barcelona y profesor de la Universidad Columbia de Nueva York, no es la única medición de la competitividad de los países del mundo. Este índice incluye factores subjetivos además de datos duros, pero se ha convertido en una de las referencias más importantes del mundo en materia de competitividad.
México ha quedado clasificado en este 2010 en el lugar número 66 de 139 países. En los últimos años nuestro país ha ido perdiendo puestos. En 2001 se encontraba en el lugar 42 de 75 países. No es que la puntuación de México se haya deteriorado, sino que otras naciones han avanzado más que la nuestra. En 2001, por ejemplo, México estaba delante de Brasil, que se encontraba entonces en el lugar 44; hoy Brasil, con el lugar 58, nos supera ampliamente.
El índice incluye centenares de criterios. En algunos rubros México es muy competitivo. En protección a los derechos de los inversionistas, por ejemplo, el país ocupa el lugar 33. En disponibilidad de servicios de aviación, medidos en kilómetros por pasajeros, estamos en el 20. En entorno macroeconómico México se ubica en el lugar 27, con un meritorio 19 en equilibrio de las finanzas públicas. En esperanza de vida estamos en 51, en tiempo necesario para empezar un negocio en 45, en libertad de flujos de capital en 42, en solidez de los bancos también en 42, en transferencias de inversión y tecnologías extranjeras en 32, en tamaño del mercado local en 11, en tamaño del mercado extranjero en 15.
En otros rubros, sin embargo, el país es un desastre. En instituciones públicas, por ejemplo, estamos en el lugar 110, en carga de reglamentos gubernamentales en 116, en eficacia del marco legal para resolver disputas en 102. En seguridad, con subtemas como fortaleza del crimen organizado y confiabilidad de los cuerpos de Policía, nos encontramos casi al fondo de la tabla: 136 de 139.
Los contrastes de nuestro país se reflejan en el índice del Foro. Por ejemplo, México ocupa un buen lugar 29 en tasa de matriculación en educación primaria, pero caemos a un desastroso 120 en calidad de ese nivel de instrucción. Tenemos un excelente 29 en nuestras escuelas de administración, pero un terrible 128 en nuestra educación de matemáticas y ciencias.
En competencia en el mercado local registramos apenas el lugar 98, con un 127 en dominancia en el mercado interno, un 116 en la efectividad de las políticas antimonopólicas y 113 en la extensión y efectividad del sistema fiscal. En rigidez de empleo nos encontramos en lugar 104 y en prácticas de contratación y despido en 120.
Es verdad que los flujos de inversión no necesariamente se ajustan a los rankings del Foro Económico Mundial. México, por ejemplo, tiene un éxito en atraer inversión extranjera muy superior a su lugar en las listas de competitividad. Nuestra vecindad con el mayor mercado consumidor del mundo, con el cual además tenemos un tratado de libre comercio, y el bajo nivel de los salarios de los trabajadores mexicanos pesan más en el momento de tomar decisiones de inversión que la calidad de la educación en matemáticas y ciencias.
Mal haríamos los mexicanos, sin embargo, en no prestar atención a los criterios del Índice de Competitividad Global. Después de todo, no queremos exportar sólo a Estados Unidos o hacerlo nada más porque tenemos bajos niveles salariales.
GASOLINAS
Esperemos no pasar de una distorsión a otra. Según un estudio del periódico Reforma el precio de la gasolina Magna ya es superior a la equiparable de Estados Unidos. Si continúan los aumentos, estaremos pasando de un costoso e injusto subsidio a las gasolinas a un peligroso encarecimiento de uno de los productos más importantes en el nivel general de precios en el país.
