Ya entrados en tiempos electorales en el estado de Durango y por supuesto en lo que concierne a la propia Comarca Lagunera duranguense, se está empezando a vivir la efervescencia natural que las propias elecciones generan.
Hace ya algunos días, luego de confirmarse lo que todo mundo sabía, Jorge Herrera Caldera fue designado como candidato del PRI para los comicios donde habrá de elegirse el sucesor de Ismael Hernández Deras. Hasta este momento todo se desarrollaba bajo el guión predeterminado por las acciones del gobernador y la preparación que le dio al hoy candidato.
Sin embargo, hace pocos meses podían vislumbrar que una coalición incomodaría la cómoda campaña de 80 días que tendrán que llevar a cabo quienes quieran ocupar puestos de elección popular en Durango.
José Rosas Aispuro, luego de ser desdeñado por la gracia de Ismael y con una trayectoria de años en el Revolucionario Institucional, al ser hecho a un lado, y aprovechando las estrategias que el PAN a nivel nacional está instrumentando para tratar de detener su debacle electoral, está encabezando un movimiento que puede tener posibilidades reales de triunfo. Si uno mira el posicionamiento de la oposición en su conjunto toda en tierra duranguense, no rebasará el 30%, de acuerdo a los datos de la última elección, en julio del 2009. Pero si en cambio agregamos que quien enfrentará a la maquinaria priista será uno de ellos mismos, acompañado de la oposición que se ha plegado casi toda -en la capital, el PT decidió competir por la alcaldía con Gonzalo Yáñez- y que en los principales municipios el PAN presentará candidatos que ya han pretendido ser alcaldes y han perdido por márgenes reducidos, más un cuadro de prestigio en Lerdo, con una lamentable administración priista, las perspectivas cambian. Al menos se puede asegurar una competencia real por el triunfo, aunque con todo se ve realmente difícil que no sea el PRI quien una vez más tenga la victoria por la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal.
En todo este ambiente, esta semana en Gómez Palacio se ha desatado la polémica, provocado por un extraño desplegado publicado por Octaviano Rendón, ex presidente municipal del propio Gómez Palacio. En su texto, Rendón se juró leal priista pero ataca sin miramientos al también ex edil, diputado federal vigente, Ricardo Rebollo; señalando que la administración que hoy está en manos del alcalde sustituto Mario Calderón, se encuentra "desaseada" en su desempeño y que por tal motivo, rechaza que sea Rocío Rebollo, hermana de Ricardo, quien pudiera alzarse con la candidatura a la Presidencia Municipal.
Al día siguiente por supuesto que vienen las reacciones, y la propia Rocío en su espacio señala con claridad que ella cuenta con una carrera política propia, describiendo los cargos que ha ocupado, pero además acusa con todas sus letras que quien se dice jurado priista, hoy está apoyando al rival, léase Rosas Aispuro.
Mario Calderón hizo nuevamente gala de su estilo, al mostrarse respetuoso e indiferente a casi todo lo que pasa en Gómez Palacio, así que no toma partido alguno.
Ricardo Rebollo, quien al final es quien está acusado de que su desempeño al frente del segundo municipio más poblado del estado no fue aseado, simplemente hizo mutis, y decidió no responder a las acusaciones.
Ayer aparece otro desplegado de suyo misterioso, donde varios constructores apelan a la caridad de Calderón para que se les paguen cuentas de obras que le han hecho a la Administración Municipal, con el claro objetivo de generar más percepción de que Rebollo no tuvo la suficiente atingencia en el manejo de los recursos, porque sencillamente no pagan por insuficiencia de fondos.
Pasarán varios días para que quite el velo que oculta bajo qué instrucciones Rendón Arce decidió atacar de esa forma. La primera línea por supuesto que proviene de su amigo Rosas, pero una más complicada podría indicar que la instrucción vino de otro lado, lo que seguramente hará al PRI redoblar esfuerzos para enfrentar a la oposición que parece estará lista para dar la batalla, que bien ha comenzado ya abiertamente bajo las armas que representan los desplegados.
