Fanáticos. En la miscelánea 'Esperanza' todos son guerreros, don Pedro lleva esta tradición desde hace décadas con el equipo del Laguna. EL SIGLO DE TORREÓN / CLAUDIA LANDEROS
La santosmanía se ha desatado en los últimos tiempos y sobre todo ahora, en este 2010, en las últimas semanas, con el pase del Santos Laguna a la liguilla y ahora que se encuentran en disputa del título contra Rayados del Monterrey.
Sin embargo, no es nada nuevo, el equipo de Santos tiene una gran historia de décadas, aunque no de triunfos, pero hay aficionados de corazón que aún en sus inicios y en los tiempos más difíciles han estado apoyando y sufriendo como si estuvieran dentro del plantel.
Es el caso de don Pedro de la Torre, a quien lo podemos encontrar todos los días en la miscelánea "Esperanza" a un lado de la Clínica 53 del Seguro Social en Gómez Palacio.
Atiende en este negocio, propiedad de sus hermanos, a cientos de personas, quienes al igual que él son santistas y lo apoyan, pero también a muchos contrarios que simpatizan con otros equipos y con los que hace polémica del futbol y defienden apasionadamente sus colores.
LA PASIÓN EN FAMILIA
Toda su familia es guerrera, desde que era joven iba al estadio, antes Moctezuma, es decir, el antiguo Corona, en los tiempos de los Diablos Blancos del Torreón y el Laguna, don Pedro siempre fue aficionado al segundo de ellos.
Cuando van a ver un partido del Santos, se junta toda la familia en casa de don Pedro y los nervios se hacen presentes porque siempre quieren la victoria. Todos sus hermanos también son aficionados, es por eso que en lo alto de la fachada de su negocio tiene una enorme bandera verdiblanca, para decirle a todos que es guerrero de corazón.
FALTA PASIÓN
Don Pedro añora los tiempos en que la verdadera santosmanía invadía la Comarca Lagunera, además en los que la gente podía ir al estadio y llevar sus banderas, que al ondearlas mostraba una imagen difícil de olvidar y recuerda también cómo hasta con radios entraban los aficionados para escuchar la transmisión, pero la violencia y la falta de respeto es lo que cree que han terminado con esas costumbres.
Aunque asegura que los cambios tienen algunas ventajas, como ver en estos tiempos muchas mujeres y niños, que antes era muy difícil en un estadio de futbol.
Esta tarde se vuelve a reunir la familia, el corazón de Pedro está nervioso pero muy ilusionado, nunca confiado porque el futbol es impredecible.
Desde antes del partido tendrán todo listo para vivir la emoción de la final y esperando cantar muchos goles y festejar el cuarto título.