El triunfo fue empañado por el trabajo del silbante Alfredo Peñaloza, quien marcó un penal dudoso a favor de los de Coapa y dejó a la UAG con diez.
Guadalajara, Jal .- Apresurado, confrontado por un iracundo Miguel Herrera, el árbitro Alfredo Peñaloza abandonó la cancha del estadio Jalisco por el túnel que conduce al vestuario del América. Fue el colofón a una tarde difícil para el juez central, en la que su labor influyó para que las Águilas se llevaran la victoria (1-2), sobre todo aquella jugada en la que decretó penalti y expulsó a Diego Jiménez (51'), porque fue la que marcó el rumbo del duelo.
"El Piojo" arremetió contra él mientras los capitalinos celebraban con sus aficionados, los que casi llenaron la aún casa de Chivas. El túnel que lleva al camerino de los árbitros está entre las bancas, pero la presión llevó a Peñaloza a refugiarse en uno de los gusanos inflables, justo por el que entraron las Águilas, lo que generó más molestia entre los Estudiantes-Tecos.
"Que Aarón Padilla (presidente de la Comisión de Arbitraje) siga diciendo que no pasa nada", retó el estratega. "Ya van tres partidos que nos pita éste (Peñalosa) y siempre es lo mismo... Va de tres, tres". Herrera no olvida que, en el Apertura 2009, Peñaloza dirigió dos encuentros de los zapopanos. Perdieron ambos, con polémicas decisiones arbitrales.
Frente al Pachuca, señaló penalti tras un "clavado" de Christian Giménez. Fue el 3-2 definitivo en favor de los Tuzos, pero la Comisión Disciplinaria sancionó al "Chaco" por fingir la falta. Ante Santos, expulsó injustamente a Elgabry Rangel, lo que desequilibró el duelo hacia los Guerreros.
Ayer, cometió los mismos errores en una sola acción.
No marcar aquel jalón de Oswaldo Alanís sobre Ángel Reyna, en los albores del encuentro, le generó una factura que estaba decidido a pagar. Lo hizo en cuanto pudo, porque Joel Sánchez no levantó el brazo derecho para intentar tapar el disparo de Daniel Montenegro. Por si fuera poco, la pelota pegó en la axila del Tiburón, pero el árbitro concedió el penalti... y el juego al América.
Fue entonces cuando inició el verdadero caos. "El Tepa" Jiménez le reclamó airadamente y Peñaloza lo mandó al vestuario. En unos segundos, se esfumó la ventaja de los Estudiantes, que además tendrían que jugar el resto del encuentro con un hombre menos. De ahí, un juego distinto.
El árbitro consiguió lo que los jugadores del América habían errado durante todo el cotejo, ya que su dominio había sido infructuoso. La racha de nueve encuentros sin ganar fuera del Estadio Azteca llegó a su fin, aunque con un asterisco, porque la labor de Peñaloza fue determinante. Eso explicó la actitud de Herrera, cuya presión orilló al árbitro a caminar hacia el vestuario del América... Por si le hacía falta algo a su tarde.
